
Hola me presento, soy Vallecas, una barriada de Madrid capital, aunque yo siempre me he considerado una pequeña ciudad incrustada en una gran urbe, me siento madrileña 100% pero ante todo vallecana.
Aquí nacieron personajes ilustres como Angel Nieto, el famoso payaso Fofó, el ex alcalde de Madrid Juan Barranco y otros muchos. Yo soy Entrevias, el pozo del tío Raimundo, la Avenida de la Albufera, la Villa, el Puente, Palomeras, el nuevo ensanche y una amalgama de calles entre las que se encuentran las que abrazan mi tesoro, un cofre chiquitito y coqueto al que blindo con cuatro calles, Av de la Albufera, Arroyo del Olivar, Teniente Muñoz Diaz y Payaso Fofó, ese tesoro no es otro que el estadio donde juega el equipo que me representa a mi y a todos los que me habitan, el Rayo Vallecano, al que cariñosamente llamamos rayito, ese Rayo que es capaz de iluminarme en la oscuridad de una noche vallecana como de partirme el alma en dos abrasando mis sueños de triunfo y es que todos estamos unidos por una franja roja que nos cruza el torso, no podía tener mejor embajador, nadie hubiera podido representar mejor los valores que represento.
El Rayo es el coraje del obrero, la lucha por la supervivencia diaria, la perseverancia hacia una meta, la nobleza del que se sabe noble, la bondad de su gente, la felicidad de poca exigencia, la humildad del anónimo, porque si el orgullo divide a los hombres, la humildad los une. Ya son muchas las trincheras recorridas, tantas como las balas esquivadas y batallas libradas siempre en buena lid, siempre viviendo al otro lado de la muralla, esa que te separa de la muerte segura, muchas travesías por caminos donde muchos antes ya cayeron y del que siempre ha salido de la mano de una afición única que siempre le ayudó a levantarse por fuerte que fuese la caída, por cierto de la última aún le quedan heridas por lamerse, heridas provocadas por un picotazo envenenado de una abeja que dirigía un hombre muy avispado.
Este equipo representa el saber vivir en esa afilada franja que delimita el hoy si y el mañana ya veremos, la picardía del Madrid castizo, esa picaresca que se da en el rastro madrileño, hace años jugábamos los Domingos a las 12:00, precisamente hora de rastro, lugar donde todo se compra por que todo se vende, donde se dan cita tunos contra tunantes en una lucha alegre y simpática donde siempre ganan los dos, ojala todas las batallas fueran tan nobles.
Tengo la enorme suerte de sentirme querida por los madrileños, algo que en los días en que vivimos donde nuestro primer enemigo es el vecino es algo de valorar. Poca gente se da cuenta de que si hay un equipo querido en la ciudad ese es el Rayo, me explico, los vallecanos son del Rayo lo primero y después pueden simpatizar con cualquier otro equipo que suele ser "Madri" o "Atleti", no en todos los casos pero si una gran mayoría, pero tanto los madridistas como atletistas siempre guardan una rinconcito de su corazón que viste con una diagonal franjiroja, con lo cual no todos son del "Atleti" ni del "Madri" pero si todos, unos más, otros menos, son de mi equipo vallecano.
Muchas veces cuando miro a los otros dos equipos de la capital siento que vivimos de las migajas que nos dejan pero también me muestro altiva por no tener nada que agradecer a nadie, nosotros vivimos en la humildad, en la escasez, pero siempre dibujando una sonrisa en nuestros labios y tragándonos las lagrimas para que solo las vean los vallecanos. Este es nuestro sino de vida y con él vivimos, siempre en pos de seguir soñando con tiempos mejores, al fín y al cabo el soñar con algo mejor es lo que nos hace seguir luchando de la mano, porque somos obreros, y si algo sabemos hacer bien es trabajar, y seguiremos luchando aunque tengamos que arañar sin uñas y siempre en inferioridad contra los fuertes, pero siempre todos juntos de la mano convirtiéndonos en uno solo, si es verdad que la unión hace la fuerza la victoria se presume cercana.
Si un vallecano ilustre como Juan Malasaña consiguió ser héroe en la guerra de la independencia, sigamos sus pasos.
Fdo: Carlos el pelijas.