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Fdo: Carlos el pelijas.

domingo, 26 de octubre de 2014

LAS SECUELAS DEL CLÁSICO.

Mis compañeros ya les han contado el partido en dos crónicas de calidad, yo simplemente me quiero quedar con las secuelas que un partido de este tipo suelen conllevar, esa onda expansiva que arrasa de dudas al derrotado. Ayer en la previa decía yo que la situación institucional que vive el equipo culé solo se silencia con triunfos y precisamente eso es lo que ha venido haciendo el conjunto blaugrana hasta el día de ayer (excepción hecha de la derrota ante el PSG en liga de campeones). A primera vista vemos que los de Luis Enrique han caído en los dos partidos, de los que se denominan de verdad esta temporada, por lo que si ya había run-run en torno al juego que despliegan los del técnico astur, lo de ayer no es más que un argumento más para los detractores.

Los dos conjuntos afrontaban el choque con diferentes preocupaciones, el Madrid quedarse a siete puntos de la cabeza, algo que habría sido una bofetada en la ilusión merengue; el Barça demostrar que esta para envites de altos vuelos. Uno de los dos debería besar la lona y si bien los de Ancelotti pusieron rodilla en tierra a los tres minutos del comienzo, supieron levantarse y darse ese tiempo que le aclarase la vista después del  uppercut recibido en el mentón, el golpe fue seco y lo recibió en frío lo que suele ser un K.O irremediable en la mayoría de las mandíbulas del planeta fútbol, pero la mandíbula era la del actual campeón de Europa y aún tenia la vaselina sin estrenar, se levantó, se sacudió la cara y se fue a por su adversario como poseído, llegó un momento que parecía golpear con los ojos cerrados, quizás por eso no acertó cuando encontró camino entre la guardia de su oponente.

La reacción del Madrid ayer fue la de un campeón con corona y trono, la reacción del que ya no le queda más que elegir la manera de morir, la de el último asalto de todas las películas de Rocky, ese que cuando parece muerto, se acuerda de su mujer, de su hijo o de aquel entrenador que ya no está entre los vivos y que es lo que le da la fuerza para volverse a levantar, (que digo yo Rocky, ¿porque no piensas en ellos en el primer asalto y te ahorras las palizas que te llevas en todas tus películas?), perdonen el inciso pero es simple curiosidad.


Estos nunca pasarán.
Es una perogruyada decir que el fútbol son etapas, ciclos que va determinando el propio paso del tiempo, nada es eterno, es la memoria la que lo hace parecer, y es una evidencia que esos maravillosos años que ha vivido el Barcelona y los barcelonistas llegó a su fin hace ya un tiempo, otra cosa es que no se quiera afrontar el dolor de la despedida que no tiene porque ser un adiós y si un hasta siempre. Aquellos jugadores que durante un lustro han dado lustre a la sala de trofeos culé ya tocaron su techo, ahora les toca el descenso a lo terrenal y ese viaje va a ser duro y muy doloroso para todos los amantes del fútbol, un periplo que necesita ser llevado con la cabeza y nunca con el corazón. Pero es ley de vida, es algo que forma parte del deporte y de la vida, los años pasan y los achaques aparecen.

Con esto no quiero decir que jugadores como Xavi, Iniesta, Messi, Busquets o Piqué estén acabados, simplemente quiero decir que al día de hoy son del mismo planeta que los demás, durante esos 5 ó 6 años pertenecieron a lo etéreo, fueron protagonistas de un sueño maravilloso, un sueño de triunfos, un sueño de gloria, ellos colaboraron activamente a que este país tocase el cielo con dos Eurocopas seguidas y un mundial entre medias. Ese sueño acabó y cuanto antes lo aceptemos antes estaremos preparados para volver a soñar.


Ya están aquí.
El Madrid por otro lado solo hace que reafirmar la consolidación de un proyecto, un proyecto que empezó desde los escombros, los de un derribo provocado por querer ganar como sea, por dividir al madridismo, por crear enemigos donde antes había amigos, por ser noticia siempre por temas barriobajeros, por un sin fin de despropósitos que aún humean a costa del aire con que los avivan aquellos que echan de menos el vivir con la exasperación que este club jamás vivió. Por supuesto que es muy respetable la opinión de aquel que lo ve así, tanto como la que ve lo contrario.

El clásico que vivimos ayer fue el resurgir de uno y el principio del fin del otro, igual que se acabó el Madrid de Di Stefano, la naranja mecánica, los cinco magníficos, el dream teen, la quinta del buitre o el atleti del doblete, el Barça de Xavi e Iniesta ya no volverá tal como le conocimos, es ley de vida, al equipo ya se le empiezan a notar unas canas que anuncian finales por llegar y preciosas historias por contar.

Para resumir podriamos decir que estamos ante un Madrid que viene y un Barcelona que se va, Modric, Kroos, Isco, James, Bale, Bencema, o Jesé tienen todo por dar, mientras los Xavi, Iniesta, Busquets o Messi tienen casi todo dado, y es que nos han dado tanto que solo queda el agradecimiento eterno que no solo del seguidor culé sino de todo el que ame este bendito deporte, por ello GRACIAS. No es una despedida, es el principio de un anhelo.

Ahora empieza una nueva liga para los dos, el Madrid después del 3-1 afronta lo que viene con la ilusión recién estrenada, el Barça con las dudas a flor de piel, los blancos han vuelto, los blaugranas volverán, los grandes siempre lo hacen. 


Fdo. Carlos el pelijas.

1 comentario:

  1. La fascinación que vivivimos con aquellos locos bajitos ya está enmarcada y colgada en ese rinconcito del pasillo de nuestro recuerdo.

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