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Fdo: Carlos el pelijas.

lunes, 15 de septiembre de 2014

EL GRAN GATILLAZO.

Pau aplaude a lo mejor de España, su afición.
Antoni Daimiel lo definía de forma magistral: "hemos tenido un gatillazo con la mejor novia que hemos tenido". Un generación de oro, en su último evento internacional, en casa y arropados por todos, ha visto como todas sus ilusiones se destrozaban abruptamente en los cuartos de final. Seis partidos plácidos con grandes diferencias antecedieron a la debacle de un equipo, muy castigados los titulares, muy dependiente de Pau y sin respuesta táctica al excelente planteamiento francés. Si el verano comenzaba con el varapalo en fútbol, la ñba ha sucumbido de forma inesperada perdiendo las medallas de su mundial. 

España iniciaba el mundial como quieren todas las selecciones, con partidos fáciles para ir cogiendo ritmo. El 30 de agosto llegó el estreno del combinado de Orenga en la competición, en un partido cuyo mayor peligro era tener tan poco que ganar y tanto que perder a poco que la imagen ofreciese dudas. Las bajas interiores de Reyes e Ibaka dejaban un margen a la duda. Pau Gasol, con un primer cuarto sublime, hizo que España despegara en el cuarto inicial (9-21, a 2 del final de primer cuarto) y, pese a que Kamrani aceptó el reto y estuvo durante la primera mitad dando réplica a todas las canastas de la estrella rival (16 puntos para el iraní), un 0-8 en el segundo cuarto acabó por romper el partido (28-45, a 2 del final).Irán, con más orden y corazón que acierto y talento, jamás terminó de hundirse, aunque los puntos de Pau Gasol en el segundo tiempo desataron la locura. Los 33 puntos del mayor de los Gasol fueron bien acompañados por los 15 de su hermano siendo un arma para la que los persas no encontraron respuesta. El 60-90 dice bien a las claras quien era el superior. España volvió a cumplir el trámite frente a un combinado egipcio que solo igualó una vez el partido. En el 2-2. A partir de ahí, un 17-0 rompió el partido (19-2, a 3 del final del primer cuarto) y, a pesar de la tímida reacción de Gendy (28-15, a 7 del final del segundo cuarto). La entrada a pista de Ibaka impidió que hubiera partido. Con el africano, El showtime llegó a Granada. Vuelos de todos los colores, un sinfín de mates, de tapones, de alley-oops y de jugadas que hicieron vibrar a un público granadino siendo Ibaka el actor principal. Sus 18 puntos, en un encuentro que si no estaba decidido al descanso (42-24), sí se rompió aún más en el tercero (64-37) para acabar derivando en severo correctivo en el último (91-54), Orenga jugó bastante con los suplentes en un afán por ganar confianza y minutos. Y de esos suplentes, el novato Abrines empezaba a oscurecer la figura de Claver, uno de los grandes damnificados del Mundial.  

Los de Orenga se aseguraron el pase a octavos en un descomunal partido ante una de las favoritas para medalla, Brasil. El primer cuarto de España, sencillamente sublime, pasará a la historia de esta generación dorada como uno de los instantes de baloncesto más puro y fluido, con un Pau descomunal, líder, guía y referente. Los de Orenga llegaron a ponerse con 18 de ventaja (12-30, a 1 del final del primer cuarto), aunque un 11-1 de Brasil amenazó con un escenario más nivelado (23-31, a 5 del final del segundo cuarto). El cuadro local no se vino abajo, llegó al descanso con un cómodo 32-45 y volvió a encandilar en el tercer periodo de la mano del Pau de los días más grandes autor de 26 puntos. El de Sant Boi encadenó 11 puntos en un monólogo de triples y talento que hizo que el pabellón se viniera abajo y que el partido muriese de forma feliz para los intereses españoles (40-61), convirtiendo los 15 minutos finales, al mismo tiempo, en fiesta y reivindicación. Pero empezaba un pero. Los titulares jugaban excesivos minutos y más en concreto Pau. Cada vez que los ataques se atascaban se buscaba al de los Bulls, a veces con tres jugadores encima, suponiendo un excesivo desgaste para un equipo con muchas estrellas. Que tiene el honor de ser el equipo con mas minutos acumulados NBA del torneo mundialista. Pero salvo los Gasol y la pelea de Ibaka, los demás alternaban rachas de acierto con desapariciones. Se esperaba mejorar.  

Contra Francia España dirimía la primera posición del grupo. En un partido que se esperaba muy duro, España salió enchufada de la mano de Ricky Rubio fabuloso. El base lideraba tanto el ataque, con puntos y asistencias, como la defensa, con rebotes y robos. Aunque Francia respondió y solo un triple de Navarro sobre la bocina permitió a los de Orenga mandar al término del primer cuarto (22-19). En el segundo, pese a la superioridad física de Batum y la solidez gala, los locales se escaparon justo antes del descanso con un gran acierto desde la línea de 6.75, (44-34) para no volver nunca ya a mirar de cerca a su oponente. Ibaka volvió a exhibirse en el tercer periodo con más vuelos para sentenciar el encuentro lanzado el equipo por un explosivo Llull (65-50) y el periodo final, que no decisivo, solo sirvió para que Granada convirtiese la fiesta. La inercia era positiva, con los suplentes saliendo a última hora aportando su granito de arena y dejando el partido contra Serbia en mero trámite. Al final 88-64.  

Cinco de cinco. España concluyó la primera fase con una victoria frente a Serbia tan clara y rotunda como las vividas hasta la fecha. El cuadro local lo buscó desde el primer minuto y Orenga, cuya rotación no varió pese a lo intrascendente del choque, no disimuló ni minimamente y los titulares volvieron a jugar excesivos minutos. Serbia solo duró cinco minutos (13-10) hasta que Navarro y Pau, pareja eterna, tomaron las riendas para responder con un parcial de 7-24 que dejó el choque encarrillado al final del primer cuarto (20-34). Los de Djordjevic lo volvieron a intentar sin éxito un par de veces más. La primera, con un 8-0 de parcial que les dejó a 8 (33-41, a 3 del descanso), justo antes de que entre Ricky y Calderón dispararan la ventaja española hasta los 19 al descanso. La segunda intentona, ya en el último cuarto (66-76, a 6 del final), llegó demasiado tarde. Rubio, impresionante, volvió a abrir brecha y la Selección se despidió, en un clima de fiesta y éxtasis de Granada. El final del choque se vio enturbiado por varias tanganas fruto de la frustración serbia ante la superioridad hispana. 73-89.   

España se enfrentó a la aguerrida pero bisoña Senegal en el partido de octavos. A pesar de la diferencia en el marcador final, España demostró algunas lagunas, como el no cerrar el rebote defensivo y ciertos problemas a la hora de afrontar el juego muy físico de los africanos. De la mano de Pau Gasol (13 puntos de sus 17 llegaron en el primer cuarto), la selección española tuvo una brillante puesta en escena. El pívot demostró ser de otra galaxia en esta Copa del Mundo y acaparó buenas acciones (15 puntos con 7/7 en tiros de campo) para lanzar a su equipo en el partido. Ni mucho menos fue un lanzamiento completo pues Senegal, con Faye primero y luego Badji (ambos acabaron con 12 puntos) opuso más resistencia de la que muchos pensaron antes de tiempo. A España le pesó su bipolaridad en el lanzamiento, pues si bien terminó con un extraordinario 15/16 en tiros de dos, al descanso sólo sumó 1/11 en triples y 8/14 en tiros libres. De haber tenido un poco más de acierto triplista seguro que el partido se hubiera roto antes del descanso. No tardó mucho más en hacerlo. Lo justo y necesario para que España cerrara el rebote defensivo y Llull y Calderón (11 puntos en la segunda parte) pusieran una marcha en ataque. La buena puesta en escena del segundo tiempo (parcial de 12-0) permitió a España escaparse en el marcador con una renta de 22 puntos que dio por finiquitado el encuentro antes de tiempo y dar descansos a los titulares que sin embargo habían sido mas exprimidos de lo a priori parecía. España tiró de defensa para marcar las diferencias que podían haber sido más claras a nada que entraran los triples. Abrines certificó que se había comido a Claver, con un alley hoop en la última jugada del encuentro, que terminó hundiendo de espaldas al aro. 89-56.  

España se despidió de sus opciones de medalla mundialista al caer en cuartos de final frente a Francia por 65 a 52. Torcida empezó la cosa. Nada bien España, su entrada en el partido fue lamentable y un parcial francés de 11-2 metió ya desde el primer minuto el miedo en el cuerpo. Francia jugó sus cartas y la dureza defensiva no sorprendió tanto como su acierto triplista. Con los minutos el juego hispano se asentó, se llegó a poner por delante, pero siempre jugó la primera parte a remolque del rival. La defensa de los de Collet ahogó a los de Orenga que nunca supo encontrar el antídoto. La superioridad reboteadora de Francia condicionó muchas acciones ofensivas de una España que vio cerrado el aro desde dentro y que no encontró aro en sus primeros nueve triples (acabó con 2/22). Los nervios también jugaron su partido y España se precipitó en algunos lanzamientos que no tocaron aro y en defensa permitiendo a Francia sumar faltas de tiro que en otras circunstancia difícilmente hubieran conseguido. Al descanso el panorama era muy adverso e incluso estar sólo siete puntos abajo se antojó lo mejor dado el juego desplegado por ambas escuadras. Pero es que España nunca antes se había visto en una situación de ir por debajo en el marcador, Francia lo supo y por eso de su inicio arrollador. Cumplido media parte el problema ya no sólo era ir abajo sino que faltaba la continuidad para pensar que era una ventaja pasajera.  

No lo fue porque Francia no tenía nada que perder y el objetivo era tan grande que se agarró al partido incluso en el tercer cuarto, el del despertar de España. Fueron 10 minutos de excelencia defensiva que dejó a Francia en siete puntos y, aunque no tuvo mucho brillo anotador, los fogonazos anotadores de Juan Carlos Navarro (10 puntos) y, sobre todo, Pau Gasol (17 puntos y ocho rebotes) y un tapón suyo en la última jugada del tercer cuarto permitieron una mínima ventaja antes de llegar al momento decisivo. Todo parecía preparado para una remontada épica pero Francia siguió con su exhibición defensiva (capturó 50 rebotes, 22 más que España) y con el paso de los minutos su acierto fue terminando de darle la confianza que necesitaba para lograr la gesta de tumbar al subcampeón olímpico y uno de los favoritos a medalla. De salida logró un parcial de 0-6 y de nuevo nervios. Ataques largos y forzados, excesiva dependencia de un Gasol, muy bien defendido por el Spur Diaw, que en ataque era el faro galo, y rebotes perdidos inexplicablemente. Como inexplicable era el hecho de que con la aciaga noche de Ibaka y Marc Gasol, Orenga no sacara al "local" Reyes. A 3 del final y cinco arriba para los Bleus, apareció Heurtel. Dos tiros libres, un triplazo y una canasta superando a Pau no dieron opción y dio un merecido triunfo a Francia. El sueño se convirtió en pesadilla.  

A todo esto España y FIBA se quedaron sin la final soñada. USA arrolló a Serbia (a pesar de un prometedor inicio plavi) y se colgó el oro. Un claro 129-92 dejaba a Serbia con la plata. Francia alcanzaba el bronce tras superar a Lituania, en su primera medalla mundialista. En este partido arbitró el colegiado vasco Juan Carlos García, que en su debut en un mundobasket. ha hecho un torneo brillante.

Y esto y no más que esto fue la historia de un gran gatillazo.

Fdo: Felix Merino.

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