 |
| Neymar y Messi, un dúo mortal, |
El partido comenzaba con un Athlétic enseñando sus garras dando el primer aviso de la tarde haciéndose respetar ante su poderoso contrincante. El Barça recibió el aviso y recogió el guante aceptando el desafío entando en combate. Porque este Barça es diferente. Podrá estar más o menos fino pero el nuevo sello impregnado por el carácter de su técnico aunado al de discípulos como “el jefecito” o Rakitic en la media, ejerciendo el croata papel de “pegamento” perfecto auxiliando en tareas de contención y aportando su visión en el ofensivo, le han convertido en un equipo más combativo y directo sin esconder el balón en los momentos que fuese preciso. Y es que el tiki taka ha pasado a ser un toma y daca con un Barça que ha recuperado parte de sus señas que antaño le llevaron a su ciclo más exitoso. Señas como la recuperación de la alta presión y mostrando un fútbol más variado buscando más la profundidad sin ser tan predecible abusando del fútbol horizontal. Con este nuevo Barça, intentando hacer daño a su rival descolocado buscando los espacios con rápidas transiciones, la actuación de Munir fue lo más destacable en los primeros 45 minutos. El hispano marroquí, nueva sensación del fútbol español, apareció en todas las acciones ofensivas de mérito de su equipo creando jugadas de peligro con sus diagonales, rompiendo al espacio ofreciéndose a sus compañeros, y provocando un penalti del meta Gorka que el árbitro no vio. Con un Barça desatado creando ocasiones y perdonando, una vez por desacierto de sus atacantes y otras por grandes intervenciones del meta Iraizoz, y con un Athletic Club bien estructurado, con calidad individual y sentido del juego colectivo, capaz de defenderse ordenadamente y de pisar esporádicamente, pero con peligro, el área de Bravo con algunas apariciones de Aduriz en el área, intentando aprovechar los centros de Susaeta y Beñat se llegaría al descanso sin novedad en el resultado inicial.
Tras el cambio obligado en el descanso de Pique por un tocado Mascherano la segunda parte comenzaba con ambos equipos que continuaban ofreciéndonos un partidazo atípico de la altura de la temporada en la que nos encontramos por su alta intensidad. Ninguno quería dar su brazo a torcer con un Barça que comenzaba como había terminado la primera intensificando sus ataques sobre la meta adversaria y con su rival poniendo a prueba los nervios y paciencia del público local asistente. Porque los minutos pasaban y el resultado seguía igual tras anular en el 50 el árbitro un gol de Munir por inexistente fuera de juego y lucirse Gorka erigiéndose convirtiéndose en un auténtico muro para los atacantes barcelonistas. Fruto de ese fútbol tan intenso los equipos comenzaban a hacer físicamente aguas y a la hora del encuentro sus técnicos decidían mover sus banquillos para oxigenar a los suyos. Pese a ello el partido comenzó a romperse convirtiéndose en un constante ida y vuelta en ambas áreas llevando el susto los visitantes a la parroquia culé cuando en el minuto 76 Muniain tuvo una jugada en el área blaugrana en la que Gerard Piqué, tras una gran ayuda de Mateu acudiendo en su auxilio, tuvo que forzar la máquina para desbaratar una ocasión en la que el Athletic Club reclamó penalti.
Ese susto pareció motivar aún más al Barça a la hora de dar el do de pecho buscando desnivelar el encuentro. Fue entonces cuando tres minutos después del susto, en el 79, aprovechando un fallo garrafal de Laporte, entregándole el esférico a Busquets, llegaría el primer gol. En esa jugada y tras recibir de Sergio un Messi renacido en la presente temporada, mostrándose más participativo y más vertical fruto de este nuevo estilo impregnado a los suyos por Luis Enrique, asistiría a un Neymar que hacía pocos minutos que había entrado sustituyendo a Munir sobre el césped para que el brasileño marcase el 1-0 ante la algarabía de una afición barcelonista que comenzaba a respirar tranquila. Ese gol pareció convertirse en un golpe mortal en las aspiraciones visitantes pues apenas cinco minutos después llegaría la sentencia con el segundo gol en una jugada que llevaría la firma de los mismos protagonistas del primero con la conexión argentino-brasileña. Volvía Leo en una nueva aparición, esta vez por la banda derecha con un cambio de ritmo brutal y, asistiendo a Neymar tras apurar la línea de fondo con un pase atrás. El brasileño, solo, se acomodó el esférico y remató a placer marcando el 2-0 logrando su doblete particular y erigiéndose en el perfecto desatascador del encuentro decidiendo el partido en favor de los suyos. Tras ese segundo tanto el partido quedaría visto para sentencia sin más novedad que esperar al pitido final y en el que la afición barcelonista, tras asistir a la progresión de un equipo en plena cuesta ascendente, se comienza a preguntar como encajará Luis Suárez en este equipo tras la irrupción fulgurante de un Munir que se está ganando el respeto y admiración de la grada a pasos agigantados.
Fdo: Jesús Martinez.
FICHA TÉCNICA:
F.C. BARCELONA: Bravo; Montoya, Mascherano (Piqué, 46'), Mathieu, Alba; Busquets, Rakitic, Iniesta (c); Pedro (Sandro, 77, Messi y Munir (Neymar, 62').
ATHLETIC CLUB: Gorka; De Marcos, Gurpegi (c), Laporte, Balenziaga; Iturraspe, M. Rico (Viguera, 82'); Susaeta (Ibai Gómez, 62'), Beñat (Unai López, 62'), Muniain; y Aduriz.
ÁRBITRO: David Fernández Borbalán (Colegio Andaluz). Mostró tarjetas a Aduriz (Min. 29) por propinar una patada en el rostro a Mascherano de manera involuntaria; a Busquets (Min. 62) por una dura entrada sobre Muniain;
INCIDENCIAS: Camp Nou, 80.181 espectadores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario