REAL BETIS 1 - FC BARCELONA 4. ARENAL DE SEVILLA Y OLÉ!

Leo volvió a romperse, dos meses ausente.

Partido de prisas en el Villamarín entre los que peleaban por dejar de ser farolillo rojo y los que aspiraban a abrir tres puntos de brecha al segundo, pero no se crean, a ratos no se sabía quien era quien. El escenario parecía propicio para la gesta, todo muy verde y muy blanco, el himno a capela y el césped hecho unos zorros, más largo de lo que estamos acostumbrados y seco como el ojo de un tuerto, tanto que cada vez que un jugador se echaba al suelo se levantaba una nube de polvo, me recordaba a los partidos de preferente por aquellos campos de Dios.

Empezaron los de Mel con hambre. Se tiraban con rabia a por la bola y a base de fuerza y coraje fueron incomodando al Barça hasta ir metiéndolo atrás. A los diez minutos Molina avisaba y a los del Tata no les duraba el balón ni un santiguarse. Es muy grande la afición del Betis, quieren a los suyos hasta la muerte, pero no se podían creer que su equipo dominara e hiciera peligro amarrando al líder de la liga que salvo alguna llegada tímida o lejana no merecía la suerte de seguir empatando. Molina y Juan Carlos hicieron a un soberbio Valdés titular indiscutible de la Selección o de cualquier otro equipo del mundo, pero ese es otro debate. El Betis valiente llegaba presionando muy fuerte en el centro del campo, juntando a sus medios con una defensa demasiado alejada de su portería y que alguna carrera para atrás tuvo que echar, pero cumplían su objetivo, el Barça no estaba cómodo. Para colmo de males culés y alegría del respetable, Messi se rompía otra vez. El Tata Martino dijo después del partido en rueda de prensa que esta lesión nada tenía que ver con la anterior,… ¡cómo que es en la otra pierna! Pero esto se lo tienen que hacer mirar pues la historia ya nos la sabemos, el bíceps femoral. Estuvieron muy bien Bartra y Pujol que levantaban polvaredas aquí y allá tirándose al suelo para llegar a cortar las ocasiones béticas, se ganaron la cena, o lo que es lo mismo, David le tiraba pedradas a Goliat que se tapaba la cabeza como podía. 

Sin embargo a la media hora el gigante se espabiló. Pedro la tuvo en un duelo con Sara, extraño nombre para un portero, pero no tuvo la fortuna de cara, poco antes Neymar había rematado de cabeza solo, intentando cruzar a contrapié del guardameta pero se la regaló. El Barça encontraba el camino pero no la llave, hasta que dio con ella Alex Song. Ya me dijo en su día mi amigo Juan Cristóbal González Hidalgo, que este camerunés tiene más calidad de la que le estábamos viendo, y qué razón lleva. El africano aprovechó la oportunidad y firmó un pase digno de los mejores de Xavi que dejó solo a Cesc ante Sara, pase de la muerte a Neymar y a la jaula. Cuando no lo esperábamos de nuevo las ideas, el nervio, la rapidez y la eficacia. Hasta aquí el Betis. Cero uno en el treinta y cinco. No habían puesto la repetición cuando Pedro se tiró un autopase en su campo y echó a correr con la defensa bética saliendo para dejar en fuera de juego a Neymar, que se desentendió de la bola, por lo que el canario se plantó ante el portero y la clavó por el segundo palo. Cero dos, el tipo del marcador estresado. Entonces todo cambió, hasta vimos a Neymar tirar un sombrero con el muslo, ni nos acordábamos de Messi cuando llegamos al descanso.

Pero el Betis es de esa clase de equipos con amor propio, con raza, y así salieron en la segunda parte, como en la primera. Forzaron de nuevo al Barça juntando aún más las líneas y casi se meten en el partido con un balonazo de Nono al palo. Pero en cuanto la gasolina bajó un tanto, el Barça salió de su cueva y abusó de su clase, empezó a meter balones a la espalda de la defensa y Neymar gozó de doble oportunidad, dos claros remates, el primero al muñeco, el segundo al carné de padre del muñeco. Entonces se cerró el partido. Iniesta, que había salido por Messi, de un toque sutil dejó solos a tres compañeros ante Sara, Montoya se la da a Cesc que marca a puerta vacía. Cero tres, corría el dieciocho de la segunda. 

El Betis dolido en su amor propio siguió con su cruzada, pero lo único que conseguía era levantar nubes de polvo del arenal del campo y acumular tarjetas, y pocas fueron, tanta cera le dieron a Neymar que el Tata lo quitó no se lo fueran a cargar, ya tenía bastante con lo de su paisano. Llegó el cuarto en un balón colgado en el que la defensa estuvo muy pasiva, Cesc acertó a rematar como pudo y entró llorando tras tocar el palo. Cero cuatro en el treinta y ocho y hasta aquí el Barça. Un par de ocasiones del Betis precedieron un penalti de Alves sobre Matilla que transformó Molina en el descuento, el gol del honor. 

Como aquel antiguo anuncio de un brandy, este partido ha sido cosa de hombres. Los de Mel se llevaron poco premio, dieron la cara, plantaron batalla y solo les faltó esa chispa de suerte que convierte los milagros en realidad, además de que les sobró Valdés, que con sus paradas mantuvo a su equipo y ganó medio partido.

FICHA TECNICA: 

REAL BETIS: Sara, Steinhöfer, Caro, Jordi Figueras, Nacho, Xavi Torres, Nono (Matilla, min. 74), Vadillo, Verdú (Chuli, min. 63), Juan Carlos (Dídac, min. 66) y Jorge Molina. 

FC BARCELONA:  Valdés, Alves, Puyol, Bartra, Montoya, Xavi, Song, Cesc (Sergi Roberto, min. 80), Pedro, Messi (Iniesta, min. 21) y Neymar (Tello, min. 73). 

ÁRBITRO: González González (Castilla y León). Mostró amarillas a Valdés, Juan Carlos, Nono, Xavi Torres y Alves. 

GOLES: 0-1, min. 35: Neymar. 0-2, min. 36: Pedro. 0-3, min. 63: Cesc. 0-4, min. 80: Cesc. 1-4, min. 91: Jorge Molina. 

INCIDENCIAS: Partido de la 13ª jornada de Liga, disputado en el Benito Villamarín ante 50.000 espectadores. Antes del encuentro, se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas del tifón que ha afectado a Filipinas.

Fdo: Antonio Porlán.