REAL MADRID 1 - RCD ESPANYOL 0. FALTÓ EMOCIÓN Y SOBRARON PIPAS.

Jesé volvió a aprovechar su titularidad.

Se presentaban en el Bernabeu R. Madrid y Espanyol para dilucidar quien seria el primer semifinalista de copa, el resultado cosechado en Barcelona (0-1) hacia presagiar que el claro favorito para lograrlo era el equipo blanco, pero el deporte rey no entiende de favoritismo, es por ello que se dieron cita en el coliseo blanco unos 60.000 aficionados, buena entrada para el horario y la baja temperatura que reinaba en la capital en la noche de ayer. 

El partido tenia dos caminos que tomar, o el de la emoción que surgiera de un gol perico o el del tostón de que fuera el Madrid quien marcara primero, por suerte para el aficionado merengue y para desgracia del espectáculo y del seguidor españolista, fue lo segundo lo que ocurrió primero. Si algo tiene el deporte en general y el fútbol en particular es que cuando la emoción se ausenta, se ausenta el sentido, el fín y el motivo; Con esa ausencia desaparece la inquietud y el nudo en el estomago, ese que nos hace ir al campo con cara de jugador y cuerpo de devorador de pipas, y es que anoche nos faltó fútbol y nos sobraron pipas, es como cuando te desvelan quien es el malo de la película, si no hay intriga, hay pereza.

Fue al poco de comenzar el choque, a los 7 minutos para ser más concreto, cuando Xabi Alonso tiró de escuadra y cartabon y dibujó un pase sin estridencias, sin alharacas, sin adornos, sin postureos, pero con clase, con elegancia, con precisión y con lo más importante, efectividad; La asistencia fue su fiel reflejo, y es que así es el tolosarra, siempre a la sombra de las estrellas, siempre alejado del haz de luz, siempre entre bambalinas, pero siempre pisando con la seguridad del que sabe a donde va, porque el que se sabe dueño de su destino, jamás será sirviente de su pasado, así es el donostiarra. El desplazamiento fue de unos 40 metros, la exactitud del pase fue a parar al pecho de Jesé, lo que vino después fue otra delicatessen, el canario realizó un control orientado en carrera que no hace más que confirmar que este jugador tiene una calidad más allá de la media, sin duda está en el buen camino, hizo que un pase que llegó a sus dominios envuelto en papel de charol, (que diría mi amigo "Tito"), saliera del control ya con el lazo de seda, pero quedaba lo más complicado, la definición, batir a un porterazo como es Kiko Casilla, excelente eliminatoria la que se ha marcado el cancerbero blanquiazul, y a fuer de ser sincero, la frialdad con la que ejecutó el remate fue asombrosa, ni un tic, ni una duda, ni un resquicio de responsabilidad, miró, apuntó y disparó al corazón, jamás hubo intención de herir, solo de matar, y es que eligió la dificultad, el palo corto, cuando todos buscábamos el balón en el angulo largo, él decidió que tuviéramos que esperar a la repetición para poder paladear el tanto; El gol mató el partido, la eliminatoria y a las dos aficiones, que cerraron sus bolsas de pipas.

El partido se tornó en un pestiño, ni los catalanes creían ya en que pudiera ser, ni los madrileños estaban dispuestos a arriesgar lo más mínimo de cara al partido liguero del próximo domingo en el Bocho. Lo que se puede contar a partir de aquí es algún destello que nos dejo el encuentro. La actuación del meta perico Kiko Casilla, que tuvo una noche de esas que resume en 90 minutos el porterazo que es, por arriba, por abajo, de puños, en uno contra uno, con los pies, en agilidad, reflejos, velocidad,  y en una seguridad de las que hace a su defensa dormir a pierna suelta, lo realizado anoche por el de Alcover da para un vídeo de esos que pululan por Youtube, uno de esos que su representante llevará consigo debajo del brazo, y es que esta eliminatoria a sumado un par de ceros a su contrato. Anoche paró todos los balones que le iban llegando, hasta los de oro; El único resquicio que dejó abierto en toda la noche fue el que aprovechó el canario Jesé. No quisiera dejar pasar el récord de imbatibilidad que batió Iker Casillas y que estaba en manos de Paco Buyo, un récord con muchos matices, muchos pros y alguna contra, pero récord al fin y al cabo, una manera tímida de entrar en la historia, una historia en la que ya está por hazañas de más calibre.  

Entrar a detallar en sí, las ocasiones y los minutos no seria más que estirar un chicle que al final se nos iba a convertir en un polvorón, así que no mareemos la perdiz, como diría el gran Andrés Montes. Quedémonos con que el Espanyol ha luchado la eliminatoria con las armas de las que dispone, ahora le toca poner los cinco sentidos en la liga e intentar sumar lo antes posible los 16 puntos que le faltan para continuar un año más en la primera de nuestro fútbol, algo de lo que estoy completamente seguro. El Madrid por su parte se ha mostrado como un equipo aseadito y equilibrado, pero muy distante aún de infundir la seguridad que se necesita para lo que esta por venir. Por lo demás poco que decir, que nos sobró partido con el final de la emoción, esta se esfumó en el minuto 7, y ya se sabe, cuando falta emoción, sobran pipas, bien harían los aficionados madridistas en guardarlas para el próximo domingo en San Mames, allí se suelen comer por sacos.


FICHA TECNICA:

REAL MADRID: Iker Casillas; Arbeloa, Nacho, Sergio Ramos, Coentrão (Pepe, m. 72); Xabi Alonso, Illarramendi; Jesé, Di María (Casemiro, m. 85), Cristiano; e Isco (Morata, m. 80).

ESPANYOL: Casilla; Raúl Rodríguez, Sidnei, Moreno, Capdevila; Abraham, Víctor Sánchez, Álex (David López, m. 78); Pizzi (Stuani, m. 66), Torje (Córdoba, m. 46) y Sergio García. 

GOL: 1-0. M. 7. Jesé. 

ÁRBITRO: Fernando Teixeira Vitienes. Expulsó por doble tarjeta amarilla a Víctor Sánchez (m. 77). Amonestó a Nacho, Cristiano, Córdoba, Sergio Ramos y Sidnei.

ESTADIO: Santiago Bernabeu, 60.000 espectadores.

Fdo: Carlos el pelijas.