 |
| Conexión divina, un Ángel y un Cristiano. |
Tenia el Madrid otro examen para consigo mismo y todo parecía invitar a que iba a ser una tarde/noche plácida y de goleada, al final así fue, pero por el camino también hubo momentos de dudas y silencios de esos que gritan dentro de la mente de los jugadores y es que el silencio del Bernabeu hay ocasiones en las que ensordece a cualquiera.
Fue sonar el pitido inicial y ya el Madrid hizo pasillo a su "paisano" vikingo dejándoles llegar a puerta, pero la inocencia danesa quedó en evidencia, quizás querían probar como andaba Iker de confianza, el "uyyyy" no se escuchó, tan solo se intuyó. A partir de ahí el de Mostoles se dedicó a recargar su deposito de confianza desde la distancia.
La primera parte blanca fue un más de lo mismo que en anteriores partidos solo que en esta ocasión jugaba contra un equipo de los que vienen bien para restañar heridas de batallas anteriores. Quizás se atisbó un conjunto más agrupado y más dispuesto, los jugadores parecían tenderse la mano unos a otros como queriendo que la unión hiciese la fuerza. Se decidió en esta ocasión Anccelotti por un medio campo más poblado y con la presencia de Modric e Illarramendi el equipo ganó en equilibrio y dinamismo, eso si, su Madrid son Kedhira y diez más, es ese italiano que lleva dentro Carlo y que se manifiesta cuando huele a tierra mojada como previendo la tormenta.
Es tan verdad que las lineas permanecían más juntitas como que la presencia de Marcelo en el once se hace casi indispensable, ya la temporada pasada su ausencia cambio el gesto del equipo, el brasileño es la sonrisa de este Madrid, su desbarajuste táctico hace que los demás parezcan ordenados y a partir de ahí el se dedica a sorprender a propios y extraños, eso si, más a los extraños. Por su banda llegó casi todo el peligro de los blancos en la primera mitad y como el que la sigue la consigue, tuvo que ser en el minuto 20 cuando pusiera un balón al corazón del área para que mientras Wiland miraba la trayectoria del esférico apareciese desde las alturas Cristiano para cabecear un balón que se fue al fondo de la red con la ceja abierta, Wliland seguía aún aquella trayectoria, pero ya sin balón, este aún se dolía del testarazo del de Madeira dentro del marco, 1-0.
La primera mitad se nos fue entre ocasiones de Di Maria (que ya por entonces daba la razón del porque él y no otros siguen vestidos de blanco) y subidas por banda de Marcelo que culminó con una gran primera parte del de Río, mientras Luka y Asier seguían dando ese equilibrio que por momentos se esfuma y por momentos vuelve, ¿y Kedhira?... Ay Sami, Sami.
Los segundos 45 minutos fueron otro partido, el Copenhague agotó sus reservas físicas y se tornó en un equipo al que ya le importaba más disfrutar del entorno que de plantar cara y así los de chamartín empezaron a partirse en dos, que paradoja, lo que para cualquier equipo supone la muerte a este le da la vida, siempre y cuando el rival te lo permita claro y el de anoche lo hizo.
Corría el minuto 20 cuando llegó el momento de la noche y quizás uno de los goles de la temporada a nivel mundial, el 2-0. Di Maria jugó en vertical hacia Benzema dentro del área y este pausó y devolvió de tacón al fideo que entraba por banda derecha hasta la linea de fondo y ahí señores la jugada abandonó lo humano para convertirse en algo etéreo y es que la conexión fue divina, aparecieron un Ángel y un Cristiano, el primero la puso de rabona, el segundo se elevó en las alturas para dar legitimidad a ese recurso/gesto técnico y convertirlo en una asistencia de alto standing, siempre pensé que si es difícil ejecutar una rabona, más complicado es que sirva para algo, la de anoche canjeo a los allí presentes el precio pagado por su localidad. Vivimos una jugada donde se demostró que los recursos están para utilizarlos, un taconazo, una rabona y salto prodigioso, que efímero es el tiempo, ya es recuerdo.
Habían pasado apenas cinco minutos y otra vez aparecía el rosarino, esta vez para colocar un balón al palo largo al que el portero danés solo pudo seguir como un espectador más, otra joya que nos dejaba el fideo, era el 3-0, la noche estaba salpicada de perlas pero el publico a falta de ver equipo quiere ver jugadores y Morata y Jesé son los preferidos, lo de Isco es distinto, a los canteranos les quieren ver por el bien de ellos, con el de Arroyo de la miel es por el bien propio, y es que con el malagueño se disfruta solo con verle andar por el campo, siempre deja algo y las joyas que deja el 23 suelen ser "crem de la crem".
Ya moría el partido cuando Di Maria quiso poner rubrica al partidazo realizado y la defensa danesa le dejo la estilográfica de oro para hacerlo, no merecía menos, se encontró con un balón en el interior del área y convirtió el cuarto y definitivo de la noche. Lo que vino después fue hasta emotivo si quieren, tres ocasiones seguidas del conjunto nórdico que sirvieron para que Iker tuviese su minuto de gloria, tres paradas, tres joyas más para la colección que anoche nos dejó un grupo de enormes jugadores pero a los que les queda mucho camino por andar para llegar a ser un equipo, y es que perlas sueltas se agradecen, pero no hacen joyería.
FICHA TÉCNICA.
RESULTADO: REAL MADRID, 4 - COPENHAGUE, 0 (1-0 al descanso).
ALINEACIONES:
REAL MADRID: Casillas; Carvajal, Varane, Pepe, Marcelo; Illarramendi, Khedira (Morata, min.74), Modric (Isco, min.67); Di María, Cristiano Ronaldo y Benzema (Jesé, min.81).
COPENHAGUE: Wiland; Jacobsen, Mellberg, Sigurdsson, Bengtsson; Delaney, Claudemir, Gislason, Toutouh (Bolaños, min.63); Jorgensen (Kristensen, min.73) y Braaten (Adi, min.66).
GOLES.
1-0, min.21, Cristiano Ronaldo.
2-0, min.65, Cristiano Ronaldo.
3-0, min.71, Di María.
4-0, min.90+1, Di María.
ÁRBITRO: Matej Jug (ESL). Amonestó a Modric (min.44) por parte del Real Madrid. Y a Braaten (min.63) y Delaney (min.88) por parte del Copenhague.
ESTADIO. Santiago Bernabéu.
Fdo: Carlos el pelijas.
que bien lo has leído y que bien lo has contado RONCATTO
ResponderEliminar