REAL MADRID 3 - GALATASARAY 0. HARAKIRI TURCO.

El pipa cerró la noche con el tercero.

Amanecía la capital con gesto europeo, nacía un Miércoles europeo más, una de esas noches que han forjado la leyenda blanca, pero no nos engañemos, al rival le faltaba nombre y le sobraba afición, una afición de esas que dan envidia, una afición que se trasladó a Madrid en masa y que por momentos vistió  la ciudad de rojo y amarillo, una hinchada que demostraba que era su noche, una de esas que se guardan en la memoria, sin duda ellos estuvieron muy por encima del club al que representan.

No quiero olvidarme de una persona que anoche vivió dos partidos a la vez con la emoción y el coraje que derrochaba por esos campos de Dios, anoche Don Juan Gomez, "Juanito" estuvo presente en la tribuna celestial del Bernabeu y en el palco divino de la Rosaleda y es que anoche volvió a tronar en el minuto siete de cada campo el ¡¡ILLA, ILLA, ILLA, JUANITO MARAVILLA!!, el de Fuengirola seguirá viviendo por los siglos de los siglos...

 Suele suceder que según se va aproximando la hora del envite van creciendo las dudas y la confianza se empieza a resentir, si bien era el equipo que todos querían en el sorteo siempre hay quien viste al rival de un peligro ficticio, basado en estos especialistas que se dedican al fútbol internacional y que ven virtudes donde solo habitan defectos. Es innegable que el Galatasaray tiene grandes nombres, y digo nombres no hombres, jugadores de esos que ya dejaron lo mejor de sí y ahora solo pueden ofrecernos destellos, ese es el peligro, que esos destellos sean en forma de gol por la escuadra al lanzamiento de una falta, en uno contra uno donde la calidad siempre puede con el oxigeno, en fin que esto es fútbol y cualquier cosa puede suceder pero no fue anoche precisamente cuando ocurrió.

Siempre he pensado que en la valentía siempre habita una gran dosis de inconsciencia, y de esto le sobró anoche a Fatih Terim que se presentó en el Bernabeu con poses de partido amistoso y así le fue. Su primer y decisivo pecado fue pensar que Cristiano es un jugador más, ese fue su harakiri personal, craso error, le dejo su banda adornada con alfombra roja de esas que visten de glamour cualquier evento de alto standing, y paso lo que tenia que pasar, que en el minuto nueve el portugués dejó la alfombra hecha jirones aprovechando un pase del paisano Mesut que le dejo con metros por delante y muertos por detrás, encaró el de Madeira y con la tranquilidad que tienen los depredadores, picó el balón con esa exquisitez que poseen los fados para salvar a Muslera, era el primero y en la red murieron los miedos blancos y los sueños turcos, el Galata se desbarató cual castillo de arena bañado por el mar.

Cierto es que un equipo donde residen jugadores como Drogba o Sneijder imponen el respeto de lo que fueron por que aunque el fútbol no tenga memoria, el aficionado si la tiene. Por eso cuando el costa marfileño agarra un balón y comienza su aventura en vertical siempre te acelera el corazón o te para el pulso, es uno de esos que en velocidad te deja una estela de recuerdos impregnada por ese aroma del crack que en su dia fue y que de un simple plumazo te puede dejar con cara de tonto, anoche lo intentó pero unas veces Diego Lopez y otras la puntería impidieron que hiciera daño al equipo de Mou.

Lo que estaba por venir solo fue poco más que un partido de amigos de Drogba contra los amigos de Essien... un tedio que no admitía ni emociones europeas y como suele ocurrir la indolencia se contagia y el Madrid entró en un letargo voluntario sabiéndose muy superior en la misma manera que el equipo otomano era consciente que su aventura europea tocaba a su fin, desde luego el escenario era el mejor posible para claudicar, el coliseo de la Castellana, hogar del mayor número de orejonas que se pueda visitar, a mi también me gustaría acabar mis días en las islas Maldivas por ejemplo.

Solo quedaba el pasar del tiempo y con él llegarían por defecto los goles, ¿cuantos? pues me atrevería a decir sin soberbia alguna, que los que los locales se hubieran propuesto, o quizás sea más acertado decir los que hubieran necesitado. Y fue poco antes de llegar a la media hora de partido cuando Essien puso un buen balón desde su posición de lateral derecho que cayó en los pies de Benzema que no supo lo que hacer con él y lo mando dentro de la portería, era el segundo de la noche en apenas 30 minutos. Dicen que Arbeloa le preguntó al ghanés como lo hizo, no se si sabrá contestarle.

Llegamos al descanso sin esa sensación que te dan esas noches de champions, no sé, había un vacío en la emoción, como adrenalina atorada en nuestro interior y es que en partidos como estos es cuando te paras a pensar si prefieres capea o corrida en plaza de primera, la primera es para divertirse, la segunda para disfrutar que no es lo mismo aunque lo parezca.

La segunda mitad solo sirvió para saber la renta con la que viajaría el club de Concha Espina a Estambul que será un infierno sin fuego el próximo martes. También pudimos aprovechar para dar fe de que hay algunos jugadores madridistas que están aún muy lejos de su nombre y del jugador que fuera la temporada pasada y lo peor es que a estas alturas ya no se espera mucho más de ellos. También pudimos aprovechar para ver de nuevo a un gran Varane, el frances sigue su ascensión meteórica con la elegancia, la contundencia y la nobleza, de los tocados por la varita, tres virtudes a las que adorna con una velocidad vestida de cámara lenta, un central que si tiene suerte y cabeza pasará a la historia del club y del fútbol, pero son tantos los que nos prometieron y después nos dejaron esperando en la grada...

Mientras, los turcos seguían divagando por el verde tapete de chamartín, les daba igual jugar con defensa de tres que de cinco que de doce, tácticamente este equipo es un desastre, se mueven como lo hacemos nosotros en un partido en esos días de campo de paella y barbacoa, a nuestra bola, pues eso. La verdad que ya por entonces se nos iba la mirada a la Rosaleda donde el bravo Malaga le plantaba cara a un equipazo como el Borussia, GRANDE EL MALAGA.

Pues bien, así transcurrió un partido al que Gonzalo Higuain puso fin con un gran gol de cabeza al lanzamiento de una falta botada magistralmente por Xabi Alonso, un buen remate en cuanto a colocación y potencia pero que desnudaba una vez más las carencias del equipo visitante, un remate dentro del área y con los dos pies pisando tierra firme, demasiadas facilidades para andar a estas alturas en este tipo de competiciones. Quizás fueron los últimos diez minutos cuando el partido se rompió definitivamente, el galata por que ya tenia todo perdido y el Madrid por que parecía bastarle con la renta, el caso es que hubo apuros de esos innecesarios y tan habituales en el equipo de la capital.

La semana que viene los merengues irán a Estambul a cumplir con el trámite y a intentar seguir cargando el deposito de confianza, salvo hecatombe  un trámite que por cierto se perderán el tolosarra y el camero por cumplir ciclo, de esta manera se aseguran llegar limpios a las semifinales pero que conste que ellos no querían...


FICHA DEL PARTIDO:

Real Madrid: Diego López; Essien, Varane, Sergio Ramos, Coentrao; Xabi Alonso, Khedira; Di María (Pepe, m.85), Özil (Modric, m.80), Cristiano y Benzema (Higuaín, m.65). 

Galatasaray: Muslera; Eboué, Semih Kaya, Dany, Riera (Amrabat, m.83); Melo, Altintop (Umut Bulut, m.78), Selçuk Inan; Sneijder (Gokhan Zan, m.46); Drogba y Burak Yilmaz. 

Goles: 1-0, m.9: Cristiano Ronaldo; 2-0, m.29: Benzema. 3-0, m.72: Higuaín. 

Árbitro: Svein Oddvar Moen (NOR). Mostró tarjeta amarilla a Nounkeu, Burak Yilmaz y Drogba, del Galatasaray, y a Essien, Sergio Ramos, Xabi Alonso y Modric, del Real Madrid. 

Incidencias: encuentro de ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio Santiago Bernabeu ante unos 85.000 espectadores.

Fdo. Carlos el pelijas.