R. MADRID 2 - RCD ESPANYOL 2. BANDERA BLANCA MADRIDISTA.

Era cuestión de tiempo que llegara la quemadura del que juega con fuego y fue ayer como podía haber sido mañana. Se presentaba en el Bernabeu el Espanyol con entrenador recién estrenado y nuevas ilusiones, le recibía un Madrid al que las ilusiones se le perdieron hace tiempo entre debate y debate, suele pasar cuando el fútbol pasa a un segundo plano.

Este tipo de crónica es la típica en la que más que buscar títulos tienes que ir descartándolos, "La crónica de una muerte anunciada", "El Madrid se apea de la liga", "El Madrid cantó, los periquitos trinaron", en fin, mucho donde elegir. Pero al final me he decidido por la que quizás más describa las consecuencias del partido de la tarde de ayer. Si, sabemos que el Madrid nunca se rinde pero la realidad deja en cueros a las intenciones.

El Madrid a fuer de ser sinceros empezó bien el partido acorralando al equipo perico en su campo y ahí comenzó el problema, la posesión en estático. Cuando un equipo como el de Mou es dueño del balón es cuando se le ven las carencias, este equipo no quiere ocupar espacios, ellos necesitan encontrarlos y para ello tiene que haberlos. Aguirre lo sabia y convenció a sus jugadores de ello, en esa convicción vive la salvación y a buen seguro que los catalanes la conseguirán antes de lo esperado, al tiempo.

El equipo blanco duró lo que le duró la paciencia, que no fue mucho la verdad, es cierto que mereció marcar pero no es menos cierto que para eso están los porteros y ayer estuvo Kiko Casilla (si ayer le ponen una "S" al final del apellido ni se hubiera notado) que realizó un partido soberbio como tantas otras veces los tuvo Iker. Jugar de la mano de la necesidad conlleva que te visite la impaciencia, la desaparición y la inseguridad, las cuales suelen ser el mejor antídoto para la precisión, esa que solo pueden mantener aquellos que son portadores de ese talento innato con el que se nace.

Los primeros veinte minutos el Madrid dominó bien el escenario pero falló en la interpretación, solo Modric era capaz de llevar peligro, la posesión era inerte, mientras, los del Vasco se dedicaban a esperar a que palideciera la gaseosa y así fue, el chorro de espuma trae tras de si lo insípido, lo que era gaseosa se queda en agua dulce y eso cuando lo bebes te suele hacer torcer el gesto y eso fue lo que ocurrió a la media hora de partido. Modric perdió un balón de esos que suelen perder los que confían tanto en si mismo que lo ultimo que imaginan es que van a fallar, así son los talentosos, entre el robo y el gol no dio tiempo ni de escuchar sirenas, el robo fue limpio, Verdú, otro de esos que saben jugar a esto, le puso un balón largo a Sergio Garcia y este no perdonó, batió a Iker con un tiro cruzado imposible de parar, un golazo de un jugador "TOP" para los blanquiazules, en sus goles esta gran parte de la salvación españolista, están en buenos pies, no olvidemos que hablamos de un campeón de Europa con el combinado nacional.

Mientras todo esto sucedía Kiko Casilla seguía con su particular recital, mientras el Madrid merecía  el Espanyol conseguía y ya sabemos que los goles no se merecen, se consiguen. Ya se decidía el arbitro a pitar el descanso cuando en el pleno trayecto que lleva el silbato hacia la boca marcó Cristiano que llegó al balón con la contundencia del ganador, ¿si fue legal o no? pues lo de siempre, para los de blanco si, para los de blanquiazul no, esto es fútbol. Sea como fuese el colegiado tuvo que cambiar el sentido del pitido, de descanso a gol. Así nos fuimos a visitar el bar.

La segunda mitad comenzó con aires renovados, Di María le dio al equipo ese gas que antes comentaba que se había perdido, pero no fue más que una de esas botellas que llevan dos días en la nevera y la que con solo abrirla deja escapar la poca fuerza que le quedaba, con ella llegó el segundo de los locales, un gol que se tiño de Fado, Pepe, Cristiano y Coentrao, un central, un delantero y un lateral izquierdo, eso fue ayer el Real Madrid, un galimatías. Después llegaron más ocasiones claras con larguero y poste incluido, fue la entrada del fideo la que hizo que el equipo pareciera más eléctrico y más vertical pero lo dicho todo quedó en ilusiones.

El partido entró en un estado de letargo por parte de los de Concha Espina y aún sabiendo que el partido estaba aún vivo se dio cuenta de que lo que ya no vivía era ni la ilusión ni ese compromiso que se han esfumado de este equipo entre fracturas y tristezas. Y como las penas nunca vienen solas, estas llegaron con un gol debajo del brazo. El Espanyol denotó esa bajada de brazos y se fue a buscar al Madrid a su propio terreno y lo mejor es que creyó en ello y cuando un equipo cree, el paso que da para la salvación es enorme, las dudas te matan como la creencia te salva. La liga no se le fue por el desagüe a los actuales campeones en el partido de ayer, el campeonato ya empezó con el tapón mal puesto, solo ha sido cuestión de tiempo que se viera el fondo.

Es cierto que el Madrid mereció ganar por ocasiones, como también lo es que los de la ciudad condal lo merecieron por ilusión, por ganas y por trabajo, es por ello que el empate es un resultado justo, para el Espanyol nuevos sueños por los que luchar, para el Madrid bandera blanca y a pensar en nuevas batallas por ganar, la guerra aún no ha terminado.


FICHA DEL PARTIDO:

Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Pepe, Sergio Ramos, Coentrao; Khedira, Xabi Alonso; Modric (Di María, m.46), Özil, Cristiano Ronaldo; Callejón (Morata, m.73).

Espanyol: Kiko Casilla; Javi López, Colotto, Héctor Moreno, Víctor Álvarez (Capdevila, m.59); Víctor Sánchez, Forlín, Wakaso (Christian Alfonso, m.29), Verdú (Albín, m.70); Simao y Sergio García.

Goles: 0-1, m.30: Sergio García. 1-1, m.45: Cristiano Ronaldo. 2-1, m.48: Coentrao. 2-2, m.88: Albín.

Árbitro: Mateu Lahoz (colegio valenciano). Amonestó a Cristiano (80) por el Real Madrid; Wakaso (13), Christian Alfonso (61), Víctor Sánchez (78) y Albín (89) por el Espanyol.

Incidencias: encuentro correspondiente a la 16ª jornada de la Liga BBVA, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante la presencia de 65.000 espectadores. Se guardó un respetuoso minuto de silencio en memoria de Nannete Norma di Stéfano, la hija del presidente de honor del club Alfredo di Stéfano.

Fdo: Carlos el pelijas.