BAYERN MUNICH 1 - CHELSEA 1. EL BAYERN AMAGA, DROGBA DA

Se presentaba el Bayern desafiante con la historia y dispuesto a romper esa estadística que decía que jamás un equipo se había proclamado campeón de Europa en su propio estadio. Comenzaron los Bávaros buscando la portería contraria y ya en el minuto cuatro lanzó su primer disparo entre palos, el primer cuarto de hora se convirtió en un partido loco y por momentos roto, quizás fuera la frescura física, las fuerzas estaban intactas. El Bayern parecía sentirse cómodo en "su" césped, se sentía en casa, era al mirar la grada cuando cambiaba el color del cristal con que se mira y no hay nada que incomode más en tu propia casa que una visita incomoda. El equipo alemán empezaba a ser tan dueño del campo como del partido y fue en el minuto 20 cuando Robben lanzó al palo en la primera ocasión seria del equipo Bávaro, Robben y sus finales. El Chelsea entraba en tierras movedizas, era momento de plantearse la ruta elegida, eran conscientes de que esa senda no les llevaría jamás al confeti. No es menos cierto que las bajas, en especial la de Ramires se hacían notar, el brasileño es de esos que te cambian el peinado de un equipo y hay peinados que a los feos nos hace guapos. Cuando se entraba ya en el último cuarto de hora el Bayern se encontraba con una falta de esas que tanto les gustan a los alemanes, solo decir que la tiró un Tulipán y entonces pasó lo que pasó, esas cosas son muy de alemanes y hay que dejarles a ellos con sus "alemanadas" pero anoche Robben quiso ser el niño en el bautizo, el novio en la boda y el muerto en el entierro, él jugó su partido particular y así le fue. La continuación fue un catalogo de errores de los locales, todos distintos, todos iguales. Los de Munich empezaban a perdonar y ya se sabe, dicen que el que perdona acaba pagandolo pero si algo tiene el Alemán es que es cuadriculado de cuello para arriba y prefierieron pensar en otro dicho, el de tanto va el cántaro a la fuente que al final ya saben. La llegada del descanso dibujo en los blues la sonrisa en la cara porque si alguien fue feliz con el pitido que indicaba el descanso esos fueron los ingleses, sabían que lo mejor y lo más injusto era haber llegado con el cero-cero. Dicen que los de Jupp Heynckes hablaron en el descanso cara a cara con la justicia mirándole a los ojos y pidiéndole explicaciones. El decorado de la segunda mitad era el mismo que el de los primeros 45 minutos, el Bayern fallando ocasiones y el Chelsea buscando la contra o lo que es lo mismo, buscando a Drogba por que el equipo Londinense no nos engañemos es el Marfileño y Juanito Mata ya que la ausencia de Ramires era sabida. Pronto empezó a dar muestras de fatiga el equipo de Di Matteo, siempre cansó mucho más el destruir que el inventar. El partido entró en un tramo de asedio total, hasta Drogba vivía en área propia, cada vuelta a su hábitat era una migración que le hacia llegar sin resuello, en esos sesenta metros que tenia que recorrer se le iban cayendo las ideas y aún así todavía tuvo fuerzas para crear las dos ocasiones más claras de los blues hasta el momento. Mientras los alemanes seguían a lo suyo, desperdiciar ocasiones, diferentes formas de llegar, igual manera de marrar. Fue en el minuto 83 cuando apareció Muller para marcar en el segundo palo y es que no hay nada como la sorpresa para derribar lo organizado, Thomas es de los que suele estar escondido a la vista de todos. Cuando Munich ya preparaba la celebración apareció en el Allianz Arena el fantasma de Manchester, Mata puso un balón antológico desde la esquina y Drogba hizo un golazo que resucitaba a un muerto y demostraba por que este deporte es universal e incluso pudo hacer campeón a su equipo en una última ocasión pero mandó el balón a la prorroga.
Comenzaban los de Heynckes con viento en contra la prorroga, un viento proveniente de lo que pudo haber sido y no fue. Entonces fue cuando el fútbol quiso devolver a los Baváros tanta injusticia con un penalti, una vez saldada la deuda lo demás quedaba en manos de ellos. Fue Arjen Robben el que se dirigió al punto fatídico buscando un oxigeno que le estaba robando el miedo, llevaba el fallo en la mirada. Dos golpes muy duros que le habían abierto dos heridas muy profundas y fue ahí cuando los de Stamford Bridge vieron tambalearse al rival y fue cuando decidió dar dos pasos hacia delante pero sonó la campana. Al Bayern le dio tiempo a echarse vaselina en las heridas que le habían provocado el empate y el fallo del penalti y decidió dar otro arreón que hubiera tenido su premio si no es porque temblaban las piernas, lo que se supone una ventaja como es jugar en casa se convirtió en una presión añadida. El Chelsea tardó en apagarse lo que Torres tardó en soplar la vela, porque el de Fuenlabrada duró un cuarto de hora. Ya no quedaba tiempo, se entraban en esos cinco minutos en los que no debes perder lo que no has ganado en los 115 anteriores asi que todo quedaba en manos del famoso bombo, ese que saca la bolita del campeon sin importarle lo más minimo los merecimientos contraidos, así de cruel es, el destino tenia la palabra.
Se llegaba a los penaltis y había dos estadísticas sobre el tapete y solo una podía perdurar, la otra viviría su última noche, no habia sitio para las dos, una deberia acabar ahí su andadura, o el equipo alemán se convertía en el primero en proclamarse campeón en campo propio como comenté al principio o seria la primera vez que un equipo Alemán cae en una tanda de penaltis y así fue. El Bayer ha tenido el partido en su mano en tres ocasiones, la primera el empate en el ultimo suspiro del Chelsea, el segundo el penalti fallado por Robben y la tercera en la tanda desde los once metros donde tomaron la delantera pero las finales no se merecen, se ganan como ha hecho Didier Drogba con un torneo espectacular, mientras el Bayern ha amagado, Drogba ha dado, esa ha sido la diferencia.





Fdo: Carlos el pelijas.