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Fdo: Carlos el pelijas.

lunes, 5 de enero de 2015

REAL SOCIEDAD 1 - FC BARCELONA 0. LA MALDICIÓN DE ANOETA CONTINUA.

La Real celebra el único tanto del partido.
Cuesta de Enero, inicio de rebajas a punto y fútbol acorde con el estilo de un mes del año donde la gente está con cocodrilos en los bolsillos intentando subsistir económicamente. De ahí que Anoeta no estuviese repleto de público para recibir a un Barça que juega a cuentagotas, generando escasas ilusiones, y que ahora padece más que ofrece en estas dos últimas temporadas. Cierto es que los procesos de transición no son fáciles pero, del Barcelona, la gente siempre espera que resultados y juego vayan a la par no convirtiéndose simplemente en un equipo resultadista, más típico del “catenaccio” italiano, que vence sus partidos por la diferencia individual que aportan sus estrellas.  

En un conjunto que se amarra a los destellos del trío de sus tres reyes de oriente (Messi, Suárez y Neymar) este equipo sufre y juega cual Camello, bajo el duro clima arenoso del desierto, moviéndose lentamente y tirando de esfuerzo buscando sacar sus partidos adelante. Sin duda unas cuestiones insuficientes para un grande que quiere optar a alcanzar éxitos. Ya lo cantaba loquillo...”Cuando fuimos los mejores... Los bares no se cerraban. Cada noche en firme a la hora señalada...” y es que antes nadie se quería perder un partido ni en casa, ni en el estadio, ni en cualquier bar. Por ello, a día de hoy, no hay más que contemplar cómo la gente muestra su indiferencia ante la disminución de afluencia al estadio y a los establecimientos públicos, a ritmo de la velocidad de la luz, siendo más interesante informarse del resultado, a través del teletexto, que amargarse y padecer contemplando unos 90 minutos en lo que lo único destacado son los goles del equipo cuando estos llegan.   

Con Luis Enrique sorprendiendo de salida dejando en el banco a Messi, Neymar, Pique y Alves en un Anoeta que se había tornado como feudo maldito, en los últimos años, pronto llegaría el primer jarro de agua fría. Corría el minuto 2 cuando Jordi Alba marcaba en propia meta, intentando evitar un centro de Canales al corazón del área, después de un córner. Con el marcador a favor la Real de Moyes, conociendo las debilidades culés como el resto de escuadras del campeonato, presionaba de inicio en la salida de balón para luego replegarse, con dos líneas muy juntas, dejándole la construcción a Mascherano y Mathieu sabedores de que ambos no son tan clarividentes como el ausente Pique, comenzando el juego desde atrás.  

Frente a ellos el Barça tocaba pero no generaba ofreciendo un juego sin intensidad y sin chispa falto de soluciones y sin ese cambio de ritmo, último pase y profundidad en los metros finales que tiempo atrás le caracterizaban arrollando con ellos a sus rivales. Con los minutos pasando, sin que tuviese que intervenir el cancerbero Rulli, solamente Suárez daba señales de vida en ataque, con su brega, debido a la escasa personalidad de un Pedro y Munir ausentes que no generaban peligro. Ni unas polémicas manos de Iñigo Martínez dentro del área que el árbitro no vio, omitiendo penalti en el minuto 31, lograron espolear a los barcelonistas. Cierto es que Claudio Bravo también estaba siendo un espectador de lujo, hasta el minuto 35 cuando intervino en una acción peligrosa de Canales, pero es que no era la Real quien estaba exigida al vivir con un resultado favorable. De esa manera y con ambos equipos molestos con decisiones arbitrales se llegaría al descanso tras la única ocasión medianamente clara, para los culés, en los pies de Pedro y desbaratada por Rulli despejando con los pies en el 44.  

La segunda mitad comenzaba con Messi entrando por Munir. Sin duda la entrada del argentino supondría un cambio en la actitud de ambos conjuntos con un Barcelona más esperanzado, volcándose en ataque, y una Real más temerosa, cediendo más metros ante la amenaza del rosarino. En ese nuevo escenario los pupilos de Moyes exigirían al límite a defensas como Mathieu, con una amarilla, y a Mascherano ante el desorden táctico defensivo de su oponente yéndose arriba dejando muchos espacios atrás. Viendo eso Luis Enrique volvía a mover el banco introduciendo a Neymar por Pedro, en el 58, poco antes de que la Real estuviese a punto de anotar el 2-0, en el 60, cuando Bravo se comía un centro colgado al área que no acertaría a rematar de cabeza un Xabi Prieto forzado, a puerta vacía, yéndose alto su remate. 

Viéndose a un Barça que vivía en el coma inducido, encomendándose a Messi y Neymar buscando resurgir, llamaba la atención la parálisis en la banda de un Luis Enrique poco activo a diferencia de otros choques, siguiendo las evoluciones. Posteriormente el técnico asturiano sorprendería con su último cambio, después de llevar Pique calentando durante varios minutos, introduciendo a Dani Alves por Mathieu, modificando el esquema ofensivo a un 3-4-3 dejando a Montoya, Busquets y Mascherano atrás, con Alves, Xavi, Iniesta y Alba (formando en la media) y Messi, Suárez y Neymar como tridente ofensivo.  

Los minutos pasaban y el Barça tocaba zafarrancho yéndose con todo ofensivamente sin orden ni concierto viviendo al límite, mostrándose impotente, como un equipo cortocircuitado ofensivamente y desordenado atrás, llegando más por impulsos que por convicción. Cada acción resultaba infructuosa para sus intereses. Cada intento resultaba un largo camino en el duro desierto lejos de encontrar el oasis. De hecho, dos intervenciones aisladas del meta Rulli, desbaratando sendas ocasiones de Suárez en el 85 (sacando una mano abajo) y en el 86 (desviando un remate de cabeza a bocajarro), fueron lo único destacado en ataque y el canto del cisne de un equipo en el que sus reyes magos no decidieron. Un equipo que alterado por el devenir de los acontecimientos acabaría irritado en los últimos minutos perdiéndose entre protestas arbitrales, piques con rivales, y desesperados ataques firmando así una nueva derrota dejando escapar una gran ocasión de reducir las distancias con un Madrid que había perdido horas antes su encuentro contra el Valencia en Mestalla.  

Ahora espera el siempre organizado y rocoso Atlético de Madrid del Cholo Simeone en un Camp Nou que se presume será un volcán en erupción, mostrando su desaprobación una afición que pide elecciones anticipadas, al confirmar el TAS la sentencia de la FIFA y ante las sensaciones que está mostrando un equipo al que no le salvan ni los Pokemon por no estar evolucionando como se esperaba.  

Fdo: Jesus Martinez.

FICHA TECNICA:

REAL SOCIEDAD: Rulli; Carlos Martínez, Ansotegi, Iñigo Martínez, De la Bella; Bergara, Granero, Xabi Prieto; Canales (Yuri, min. 90), Chory Castro (Finngobason, min. 65), Carlos Vela (Pardo, min. 89). 

FC BARCELONA; Bravo; Jordi Alba, Mascherano, Mathieu (Alves, min. 69), Montoya; Sergio, Xavi, Iniesta; Munir (Messi, min. 46), Pedro (Neymar, min. 57) y Luis Suárez. 

ÁRBITRO: Del Cerro Grande (Madrid). Amonestaciones a Carlos Vela, Iñigo Martínez, Granero, Finnbogason Bergara, Mathieu, Alves, Neymar y Jordi Alba. 

GOL: 1-0, min. 2: Jordi Alba (p.p). 

INCIDENCIAS: 30.000 aficionados en Anoeta. Lluvia suave durante buena parte del encuentro.

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