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| El Ajax celebra uno de sus goles. |
Porque a las grandes ausencias en el Barça había que sumarle la crisis de identidad de un fútbol holandés que, desde hace ya unos cuantos años, ha pasado de ser el que marcaba un estilo en Europa a convertirse, actualmente, en un simple invernadero de jóvenes talentos futbolísticos que cada año intentan despuntar en su campeonato para poder emigrar a otros de superior nivel buscando así nuevos retos con el fin de no estancarse en su formación y seguir progresando. Porque, desgraciadamente, quién no tenga los años suficientes para haber visto aquél fútbol de los clubs holandeses de antaño, ni la inquietud para haberse documentado sobre ellos, pensará que el equipo de Amsterdan es un equipo menor patrocinado por la marca de un famoso producto desinfectante con aroma a Pino.
Sin duda todo ello unido al "fútbol siesta" que este año muestra el Barça ofrecía una motivación muy escasa para que el espectador barcelonísta se sentase, frente al televisor, a contemplar un partido que antaño era un duelo de titanes pero que a día de hoy está muy descafeinado ante la gran diferencia de caché que existe entre ambas escuadras. Sabiendo todo eso y para intentar espolear a los suyos el "chef" Martino quiso alinear al once más competitivo posible metiendo a algunos pesos pesados aderezándolo con jugadores menos habituales pero deseosos de comerse el mundo para demostrar que tienen sitio en el equipo como son un Mascherano que ha perdido su sitio, en detrimento de un emergente Bartra, o un Alex Song que este año ha mostrado grandes progresos cuando se le han dado minutos de calidad en otros encuentros. Por contra, Frank De Boer alineaba un once en el que destacaba la baja de un Bojan Krkic que lleva dos meses en el dique seco y en el que iban incluidos los nombres de una promesa que está empezando a ser seguida por los grandes clubs europeos como es su delantero Viktor Fischer y de un Serero que había dejado buenas sensaciones con su actuación en el partido de la primera vuelta en el Camp Nou.
El partido comenzó y lejos de amilanarse el imberbe conjunto holandés salió en tromba y con ánimo de demostrar el potencial de sus jóvenes discípulos, sacando a relucir ese estilo que antaño destilaba el Barça triunfal de los últimos años, a saber:
- Líneas muy juntas cerrando espacios para presionar en bloque a su rival con acciones de hasta 3 contra 1 sobre los laterales intentando robar rápido para intentar hacer daño en las cercanías del área rival.
- Laterales muy ofensivos buscando apoyar a los interiores y desbordar por fuera para así crear superioridad numérica ante la zaga rival acompañando al medio del campo y delanteros.
- Tocar muy rápido y moverse con el fin de poder dominar la posesión ante su rival sin que este supiera por donde le iban a llegar originándole así una ansiedad y un desgaste físico que en ocasiones pudiese llevarle a cometer errores mediante los cuales se pudiese aprovechar.
Producto de esa motivación extra, mezclada junto a ese estilo del gusto por el buen trato del balón, el Ajax borró del campo al Barça durante los primeros 45 minutos como si el conjunto azulgrana no hubiese salido del vestuario, siendo un juguete roto entre sus manos, desarbolándolo constantemente. En el medio del campo Song estaba muy solo, en las tareas defensivas, para intentar frenar las embestidas del rival y en defensa el dúo formado por Piqué y Mascherano se veían constantemente exigidos pasando muchos apuros ante la presión y velocidad de sus jóvenes adversarios.
Prueba de ello fue el primer gol del partido. Corría el minuto 19 cuando Van Rhijn, desde la derecha, manda un centro al primer palo con Mascherano y Piqué mal colocados ante lo que se aprovecha su compañero Serero que llegando desde atrás cruza el balón ante Pinto. El Ajax se adelantaba y el Amsterdam Arena estallaba de júbilo rugiendo y haciendo subir los decibelios del estadio con un público entregado que se frotaba los ojos viendo el espectáculo que le estaba ofreciendo su equipo, rememorando triunfales tiempos pasados. Posteriormente, cuatro minutos después del gol, el lateral izquierdo Boilesen que estaba siendo un puñal por su banda abrió para que Schöne tirase rápido y la pelota saliera rozando el larguero en lo que estuvo a punto de convertirse en el 2-0. El Barça estaba grogui deambulando como alma en pena sobre el campo y recordando a aquél equipo que partía como claro favorito en la final de Atenas contra el Milán y que salió humillado con un 4-0. Solo Neymar, en el minuto 25, logró inquietar a la zaga rival tras recibir un pase interior y encarar la portería rival siendo desviado su tiro por la defensa a córner.
A continuación todo seguiría por los mismos derroteros con un Ajax siendo el amo y señor del partido asfixiando al Barça en la presión y moviendo el balón a su antojo creando peligro como sucedió en la acción en la que Piqué vio amarilla, en el minuto 31, tras un agarrón y derribo sobre un Boilesen, que se había internado con gran velocidad por su banda, en las cercanías del área, dejando así patente las carencias del jugador barcelonista que dista mucho de ser aquél que antaño acudía rápido a los cruces. Después de esa acción el lateral danés se retiraría del terreno de juego por lesión. De ahí hasta el final de los primeros 45 min. lo más destacado, dominio holandés aparte, fue el segundo gol del Ajax en el minuto 41. En una jugada digna de patio de colegio y tras un tiro potente de Fischer desviado por Pinto, el balón le cae a Hoesen que, tras dos toques, se va de Piqué que lejos de estar metido en la jugada estaba más pendiente de levantar el brazo reclamándole algo al árbitro en la jugada (cuando esta se desarrollaba) y de Puyol anticipándose así ambos para rematar a puerta e introducirse el esférico en la portería azulgrana tras golpear en Piqué. Con este resultado de 2-0 se llegaría al descanso.
Tras el pertinente tiempo de descanso un Barça herido en su orgullo, tras ser ninguneado por un equipo de jóvenes con ganas de comerse el mundo, salió al campo con otra actitud. Ello, unido a un error garrafal del jugador Van Rhijn en un pase atrás que interceptó Neymar, en el minuto 48, quedando así habilitado el brasileño y dándole la oportunidad para irse en carrera, siendo posteriormente trabado por Vieltman al entrar al área, logró abrir el partido. Sin dudarlo el colegiado señaló el penalty, expulsando al jugador del Ajax, y Xavi aprovechó el regalo para recortar distancias al acertar desde los once metros mostrando un nuevo escenario en el encuentro ante el equipo holandés con un jugador menos. Con ese nuevo panorama De Boer ordenó a los suyos atrincherarse atrás y cederle la posesión del balón al Barça para buscar cerrarle los espacios e intentar sorprenderle con alguna salida a la contra liderado por un jugador como Serero que, por momentos, nos recordaba en la distancia a esos centrocampistas todoterreno de antaño como Clarence Seedorf o Edgar Davids por su estilo de juego y garra. Ocho minutos después del penalty transformado por Xavi, tras un pase de Iniesta, Neymar intenta una vaselina que salva in extremis el portero Cillessen en lo que a punto estuvo de convertirse en el empate a dos.
Desde entonces y hasta el final el Barça empezó a asediar constantemente a un Ajax que se defendía como gato panza arriba, sacando estos últimos de vez en cuando las uñas en algún intento de contra, chocando así una y otra vez contra el muro que habían puesto pese a los cambios realizados por el Tata y con un Neymar muy participativo, siendo el más acosado por los rivales, y un Iniesta asumiendo la dirección provocando así una retahíla de continuos corners, en los últimos minutos, que provocarían el nerviosismo en las gradas hasta que el árbitro decidió pitar el final.
Sin duda alguna este revés no supone ningún peligro, ya que el Barça está prácticamente clasificado como primero de grupo, pero supone una llamada de atención para un equipo que de haberse enfrentado hoy a otro de similar estilo que el Ajax y con jugadores más expertos en estas batallas y con más pegada, en una eliminatoria a vida o muerte (como un Dortmund), este habría caído estrepitosamente eliminado de la máxima competición continental. Mucho trabajo tiene el Tata por delante para cambiar a un equipo que muestra una preocupante desidia y que jornada a jornada va perdiendo a pasos agigantados esos mecanismos y ese hambre que antaño le hizo ser envidiado por todo el mundo del fútbol y que hoy nos ha recordado el conjunto holandés pasándole por encima a un Barcelona que parece que está comenzando a morir de éxito tras haberlo ganado ya todo sus jugadores tanto a nivel de clubs como a nivel de selección habiendo perdido ya el hambre que tenía el equipo cuando era más joven y no lo había ganado aún todo.
Porque es cierto que tenía muchas bajas pero es ver, con ellas o sin ellas, últimamente los partidos amén de ver los de la selección española, donde participa la mayoría del bloque en su once inicial, y ver a un equipo cansado, venido a menos, sin ideas, lento y conformista que se siente realizado simplemente con el resultadísmo convirtiéndose en un bloque acomodado e indolente. Porque este nivel puede valerle para ganar la debilitada liga española pero rotundamente no para ganar la máxima competición europea.
FICHA TECNICA:
ALINEACIONES:
AFC AJAX: Cillessen; Van Rhijn, Veltman, Moisander, Boilesen (Poulsen, min.34); Klaassen, Blind, Serero; Schöne (Denswil, min.51), Hoesen (Duarte, min.83) y Fischer.
FC BARCELONA: Barça Pinto; Puyol (Patric, min.68), Piqué, Mascherano, Montoya; Xavi (Sergi Roberto, min.74), Song, Iniesta; Pedro, Cesc (Adama, min.82) y Neymar.
ÁRBITRO: Pavel Královec (República Checa). Mostró cartulina amarilla a Schöne (min., Piqué (min.32), Cesc (min.39), Iniesta (min.52), Neymar (min.53), Van Rhijn (min.60) y Montoya (min.68). Expulsó a Veltman (min.48).
GOLES: 1-0, min.19: Serero. 2-0, min.42: Hoesen. 2-1, min.49: Xavi (p).
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la quinta jornada del grupo H de la Liga de Campeones, disputado en un abarrotado Amsterdam Arena. Los barcelonistas lucieron brazalete negro en memoria del jugador paraguayo Cayetano Re, que perteneció al Barça en los años sesenta, y que murió a los 75 años. En la zona noble del estadio, estuvieron figuras de los dos equipos, como Ronald Koeman, Louis van Gaal y Johan Cruyff.
Fdo. Jesus Martinez.
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