F.C. BARCELONA 2 - R.MADRID 1. DE CHIVOS Y PERROS.

 

Sin duda lo mejor de la noche, el gol de Alexis.

El Pueblo de Israel celebraba antiguamente un ritual por el que se elegían dos chivos, uno era sacrificado como ofrenda a Yaveh, al otro lo corrían a pedradas soltándolo en el desierto para que se muriera, ese era el chivo expiatorio, el que encarnaba al mismísimo Azazel por lo que era culpable hasta del copago sanitario. Don Carlos Rodríguez Braun, doctor en Ciencias Económicas y catedrático de Historia del Pensamiento Económico, un tipo de mente tan despejada como su frente, parió una frase que suena a sentencia y que cada día que amanece se confirma: “el mejor amigo del hombre no es el perro, es el chivo expiatorio”. Pasen y vean la de perros y chivos que vimos ayer.

Cerca de noventa y nueve mil almas levantaron un mosaico precioso en el que se animaba a Tito mientras se cantaba el himno a capela, demasiado ambiente para tan poco Barça, pues venía de empatar en Milán y Pamplona dando una imagen muy gris. Pero para gris la cara de Ramos cuando le dijeron que lo ponían de medio centro. El de Camas hizo lo que pudo, pero no es lo mismo jugar de cara al balón para destruir, que tener que hacerlo de espaldas a portería y controlar los espacios para que el equipo funcione, daba la sensación que se jugaba al despiste, y para despiste el blanco en toda la primera parte. Precisamente protestó mucho el Barcelona las entradas de Ramos a Neymar, al que despeinó dos veces en el mismo minuto, una con el codo y otra con un manotazo, los culés ya tomaban nota por si luego tenían que echarle la culpa a alguien. Un Barcelona muy perro, con muy poco, sometió al Madrid que solo intentaba contragolpear con sus tres estoques demasiado alejados de la zona de creación. Cuando la parroquia merengue ya tenía claro que Don Carlo era el culpable de la imagen de su equipo, el chivo expiatorio perfecto, llegó el primero, lo único reseñable hasta las siete de la tarde. Neymar, voluntarioso como siempre, recibió de Iniesta y dio un pase al interior de la red que Diego López vio pasar sin inmutarse. La culpa la cargó el pobre de Carvajal, que le tapó la visión y encima recibió un balonazo en una parte muy importante de su anatomía, no se quejó a pesar de que señores, esas cosas duelen. Estábamos en el dieciocho, delirio culé con cierto cargo de conciencia, se había trabajado muy poco para el premio. 

Unos minutos explosivos en los que el Barça pudo machacar el marcador, dieron paso a una cierta recomposición blanca, se equilibró la posesión y Messi demostró que su estado de forma es como el de un perro a la sombra en agosto. Por lo demás, llegamos al descanso con un centro de Cristiano, que Piqué dejó pasar con los brazos abiertos, no hay problema, todo controlado, y que Khedira casi manda a la red, pero remató al tobillo de Valdés, el balón rebotó en la mano de Adriano y ya tenían los blancos a quien cargarle el muerto, Undiano, el Chivo Expiatorio.

 Fíjense si la primera mitad fue mala que el primer córner del partido se botó en la segunda. Pero algo había cambiado, lo sacó el Madrid que poco a poco empezó a llevar peligro al área de Valdés. Entonces llegó el fútbol que había estado ausente toda la tarde y dio comienzo un intercambio de ataques y contraataques más propio del boxeo, en el que los de Ancelotti golpearon con peores intenciones, pero una cosa que tiene el Barça del Tata es la libertad para usar todos los recursos que se tengan a mano, y así desde la defensa se puso un balón a la espalda de las líneas blancas que Neymar remató espectacular tras la tragada de Varane, Don Carlo se cansó y metió a Illarra, empezaba el partido. Con la zaga azulgrana muy en plan caniche, Valdés sacó una mano abajo de puros reflejos a Cristiano, parada solo al alcance de los elegidos, era el empate, todos lo vimos, pero el de Hospitalet demostró que probablemente es el portero más en forma del mundo. El Madrid no se amilanó e insistió. Igualó la posesión y Undiano se proclamó como chivo expiatorio blanco a los ojos de todos, Mascherano, dogo argentino, en carga “reglamentaria”, hombro con hombro, mandó a Cristiano a la estratosfera con el tipo de Red Bull, muy pronto lo veremos en alguna guasa, en este país por wassap no es. El Madrid tiró de casta y no se rindió, olían el gol. Faltó poco para que Benzemá tuviera que pagar la portería pues casi la rompe reventando la escuadra, terminado el partido aún temblaban los palos. Pero si tras estas tres jugadas el Barça se te escapa vivo… 

Los del Tata espabilaron, o lo hacían o palmaban, porque el Madrid en cuanto fue reconocible con Illarra y Benzemá se hizo acreedor al empate o algo más. Pero esto es fútbol, y el Tata no se corta si tiene que meter a Song como pivote con Busquets (que llevaba todo el partido con amarilla), aunque el sacrificado fuera Iniesta. Cambio defensivo impensable en otras épocas y cayó el segundo en el setenta y ocho, de perro ciego. La mejor noticia para el Barça es que anoche fichó a un pedazo de delantero. Neymar la puso al hueco para la carrera del nueve y cuando Varane lo iba a superar se paró, fintó, se la preparó y vaselina perfecta a un portero de casi dos metros que andaba un tanto fuera de su sitio. Golazo. Incontestable. Tras una pretemporada de más de dos años Alexis Sánchez, el chileno, puso en pie al Camp Nou y a todos los culés del mundo, felicísima noticia. 

 Hasta el final poco más. Alves le sacó los colores a Cristiano pero remató flojo ante Diego López y el gol del Madrid. Llegó en el descuento, Jesé acortó distancias en un remate violento que pasó bajo Valdés, pero ya no inquietaba por la hora, sobre todo cuando los culés se llevaron la bola al córner a que el partido muriera, no sin antes ver un detallazo de Messi que anoche no se sumó a la fiesta. Clásico bonito solo en la segunda parte, emocionante por lo que se jugaban, seis puntos de diferencia y mucho que mejorar en ambas escuadras. Vimos dos versiones de Barcelona y Madrid muy grises, con luz y color solo a ráfagas, por lo que aún queda liga de sobra. A los que no vimos fue a Bale y Messi, toda la noche en plan chiguagua, era un partido perfecto para que el primero se justificara y el segundo demostrara su forma. Ná de ná. 

 Y luego ya se sabe, canutazos y ruedas de prensa. El mister blanco reclamaba los penaltis de Adriano y el del dogo argentino, al menos Cristiano se lo dijo a la cara a Undiano aludiendo a ciertos problemas de incontinencia no urinaria. Por su parte los culés pedían otro de Pepe a Cesc, además de la expulsión de Ramos por una entrada a Iniesta en la segunda parte cuando el cuatro blanco ya tenía la amarilla… lo dicho, excusas de mal pagador, balones fuera y menos asumir unos y otros que no estuvieron a la altura de la ocasión se escuchó de todo, y es que señores, el mejor amigo del hombre es el Chivo Expiatorio. 

FICHA TECNICA:

FC BARCELONA: Víctor Valdés; Alves, Piqué, Mascherano, Adriano; Busquets, Xavi, Iniesta (Song, m.77), Cesc (Alexis, m.70), Messi y Neymar (Pedro, m.84). 

REAL MADRID: Diego López; Carvajal, Pepe, Varane, Marcelo; Khedira, Sergio Ramos (Illaramendi. m.56), Modric; Di Maria (Jesé, m.76), Cristiano Ronaldo y Bale (Benzema, m.61). 

INCIDENCIAS: Asistieron al encuentro 98.761 espectadores, en partido correspondiente a la décima jornada de la Liga BBVA disputado en el Camp Nou. 

GOLES: 1-0, m.19: Neymar. 2-0, m.78: Alexis. 2-1, m.91: Jesé.

Fdo. Antonio Porlán.