AC MILAN 2 - FC BARCELONA 0. EL GRAN BOFETON.

Batacazo culé en San Siro.

Me decía mi abuelo aquel refrán:“Como el bofetón del hortelano, que ni le faltaba cara ni le sobraba mano”, encaja y define lo que se llevó anoche el Barcelona, un rotundo bofetón. Y escuece, ya lo creo que escuece. Duele tanto porque nadie se lo esperaba, pues la parroquia estaba convencida de que poco más o menos el Milán era la asociación de jubilados de la Champions y esta gente sabe lo que se hace. Duele porque se dio una imagen inédita ya que no recuerdo la última vez que el Barcelona perdió un partido sin ni siquiera merecer el empate, sin chutar a puerta, sin encoger el corazón a los rivales ni una sola vez. Duele porque no hay excusa, les pasaron por encima a base de físico y entrega y ni la polémica mano del primer gol sirve de consuelo. Duele porque al Milán le salió su partido perfecto en un bancal en barbecho, sin fútbol, con oficio y veteranía, y el Barcelona se lo tragó como un equipo de juveniles. Duele porque tampoco los italianos hicieron un partido estratosférico para llevarse semejante renta, no hicieron tantos méritos, se limitaron a defender su área como si la vida les fuera en ello y lo consiguieron , por lo demás tiraron dos veces, no necesitaron más. Como ven duele por muchas cosas, tantas como culés a los que les preguntes.

El Milán empezó a ganar la batalla hace ya días, los mismos que venimos hablando de la famosa “vitola de favoritos”, que es la chorrada más grande que ha parido esto del fútbol y que solo le vale a la víctima – si es que le vale a alguien. Sus armas eran poco más que eso, dejar el campo sin regar dos semanas, llenar las gradas y jugar con intensidad,... y así fue. El Barcelona estuvo irreconocible, lo mismo fue culpa de esa horrible camiseta acid-house a la que no me acostumbro y que les da apariencia de todo, menos de equipo serio. En cuanto al fútbol no vimos nada. Los italianos salieron desde el principio con la intensidad propia que todos los rivales del Barça necesitan y suelen imprimir en los primeros minutos, forzando algún pelotazo de Valdés para despejar, lo que tiene su mérito pues hay quien no lo consigue. Por su parte los de Roura hicieron alguna de sus jugadas con un Messi que le ponía ganas, pero se empezó a ver el atasco enseguida. No había profundidad, no había bandas, no se llegaba, y sin embargo los rossoneri cada vez que pasaban del mediocampo daban esa sensación de miedo que olía muy mal. Mientras, el Barça, fiel a su estilo, acumulaba minutos de posesión, tan estériles como numerosos, llegando al descanso con cerca de un setenta por ciento, lo que demuestra por enésima vez que tenerla no es sinónimo ni de jugar bien, ni menos aún de ganar partidos. Terminó la primera parte sin una sola jugada que apuntarle a los de Roura más allá de algún tiro lejano que no inquietó o alguna jugada en fuera de juego. Sin embargo los locales, que lo mejor que hicieron fue defender, tuvieron en El Shaarawy a su hombre más peligroso y estuvo a punto de llegar a un par de remates claros, uno de ellos lo sacó Puyol tirándose al suelo con todo y en el corner consiguiente tuvieron la más clara, un remate en el primer palo que salió por muy poco. Hubo peligro por parte del Milán, pero la verdad, para unos octavos de Champions y jugando en casa, muy poca cosa, pero esto es San Siro, Italia como saben.

Tras el descanso la vida seguía igual, muy poco que llevarse a la boca. Como un presentimiento las cámaras nos mostraban el calentamiento de Alexis, lo que despertó aún más dudas en la afición culé, desde luego no parecía el mejor partido para que se reivindicara y no lo fue. Mientras tanto seguíamos sin ver nada, hasta el gol de Boateng no hay jugada alguna que reseñar. Llegó en el cincuenta y seis, tras un disparo lejano que rebota en Fábregas creo recordar, luego en la mano de Zapata y le queda muerta al diez milanista que bate a Valdés por bajo cruzando la bola a la izquierda de la portería. Como pueden ver, y en la línea del partido, un gol de muy baja estofa, válido como cualquier otro, pero desde luego no lo verán en las repeticiones de las jugadas más bonitas, aunque tampoco dejarán de verlo en el de las más polémicas. Un solo cambio hizo Roura, porque Mascherano entró ya en el ochenta y ocho y por lesión de Puyol que se había abierto la cabeza en un choque dándolo todo una vez más. Esta fue una de las vergüenzas que ayer mostró el Barça, lo que muchos califican como ausencia de un plan B, y que yo entiendo como la ausencia de jugadores en el banquillo capaces de aportar algo que pueda variar un planteamiento. Seguramente el Barcelona solo tiene un plan A porque funciona tan bien, cuando funciona, que no hace falta otra cosa, pero últimamente le están empezando a coger el truco. No sé, a Guardiola no le pasaba, ni a Tito, y si anoche el mister miró a los suplentes y solo se le ocurrió meter a Alexis seguramente tampoco sea culpa suya. No creo que se le deba pedir mucho más a este hombre, esperemos que Tito vuelva pronto y recuperado, pero si no puede ser así, quizá se deberían tomar otras medidas – es solo mi humilde opinión, pero es que repito, no recuerdo otra derrota como esta en la que no se hizo ni una sola oportunidad clara de gol, y anoche estaba toda la plantilla disponible, salvo Villa que no debe estar en muy buenas condiciones después de sus cólicos nefríticos. Tras unos minutos en los que se vieron claramente los nervios de los jugadores de naranja calippo, por fin, fueron capaces de acercarse un tanto a Abbiati, que en la soledad de su portería se preguntaba si el balón estaba duro o blando y había pasado más de una hora de partido. Iniesta chutó bien pero desde lejos y fuera, Xavi tiró alta una falta que parecía mejor para el desaparecido en la segunda parte Messi, y un minuto después, un balón perdido en el centro del campo, un robo y una jugada muy bien llevada por el Milán que marca el segundo, Muntari. Era el ochenta, nos habían vuelto a coger el segundo palo. La fiesta rossonera por todo lo alto. Menudo desastre, lo único que me parecía bonito eran las bellísimas jóvenes que el cámara, aburrido de ver poco fútbol, tenía localizadas en la grada y nos repasaba de vez en cuando. De acuerdo que el Barcelona no había hecho nada para merecer otra cosa, pero el Milán tampoco había hecho tanto para llevarse este resultado.

No podemos perder la fe en este equipo con el año que llevan, pero lo de anoche sonó como un bofetón fuerte y con la mano abierta, esa es la sensación que nos llevamos cuando nos invitaron a una fiesta y nos encontramos en un velatorio futbolero. Al Barcelona le faltó de todo menos tiempo, pero es bien cierto que a pesar de tener pie y medio largo fuera de la Champions, si hay un equipo capaz de conseguir esta gesta es precisamente el Barcelona, no hay otro – y que nadie se me enfade, pero no se nos puede olvidar de quienes estamos hablando, de su talento, de su ambición y de su fútbol. Y es que de todo se aprende, esto pica y se van a rascar, estoy seguro y bien pudiera ser este partido un punto de inflexión, el paso atrás que se necesita para dar el salto hacia delante y espabilar de estas últimas semanas en las que han generado alguna duda fuera de casa. Además, ¿cómo podríamos desconfiar de un hijo nuestro que estuviera todo el año sacando sobresalientes y nos suspendiera un examen por muy importante que sea? ... hay repesca, hay eliminatoria, se trata del Barça señores.

FICHA DEL PARTIDO:

Milan: Abbiati; Abate, Mexès, Zapata, Constant; Montolivo, Ambrosini, Muntari; Boateng, Pazzini (Niang,min.75) y El Shaarawy (Traoré, min.87).

Barcelona: Víctor Valdés; Alves, Piqué, Puyol (Mascherano, min.88), Alba; Xavi, Busquets, Fàbregas (Alexis, min.62); Iniesta, Messi y Pedro.

Goles: 1-0, min.57: Boateng. 2-0, min.81: Muntari.

Árbitro: Craig Thomson (SCO). Mostró cartulina amarilla a Mexès (min.25), Busquets (min.54), Piqué (min.57) y Traoré (min.90).

Incidencias: partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones, disputado en el estadio Giuseppe Meazza, en Milán, ante 80.000 aficionados.

 Fdo: Antonio Porlán Arcos.