R. MADRID 2 - BORUSSIA DORTMUND 2. EL BORUSSIA PUSO EL FUTBOL, EL MADRID EL CORAZON.

Llegaba al Bernabeu una de esas noches europeas que han otorgado al equipo blanco gran parte de esa grandeza que hoy guarda en sus vitrinas y lo hacia con un partido que los debates obsesivos habían conseguido camuflar.
Llegaba el Borussia Dortmund, un equipo que anoche dio un estirón de esos que convierten a los niños en hombres haciéndolos pasar del acné a la barba cerrada.
La primera mitad del equipo alemán fue la de un equipo que deja atrás la promesa para convertirse en realidad. Los de Jürgen Klopp impusieron un ritmo frenético desde el primer minuto, un ritmo al que el Madrid a día de hoy no puede llegar, bien por problemas físicos o bien por los daños colaterales que dejan las continuas guerras que algunos fabrican, que se yo con que intenciones, y que sin duda dispersan al personal.

Los de Mou salieron con la intención de arrollar y pronto se dieron cuenta que los arrollados podían ser ellos, las ocasiones del conjunto visitante iban llegando con la facilidad que da la superioridad, los de Dortmund llevaron el partido al orden y ese precisamente es uno de los antídotos más eficaces ante los de la capital que suelen encontrar su fortaleza en el caos. Las dos primeras ocasiones fueron para los teutones, pero no era eso lo peor, lo peor era la sensación que estaban dando los locales, parecían tambalearse cada vez que el equipo germano llegaba a su linea de tres cuartos y es que anoche los de Concha Espina se veían desbordados, como sin confianza. Quizás sea esa misma confianza que le falta al propio míster en esta alineación, la entrada de Modric en el once es obvio que al primero que no convence es al de Setubal, el entiende el fútbol de otra manera, es más, el propio equipo no sabe de momento jugar ese fútbol, ellos no quieren ataques estáticos  se aburren y aburren, este equipo vive del espacio, de la velocidad, del cabalgar sin mirar atrás, del camino más corto a la meta, lo contrario es querer que Plácido Domingo te cante "la conga de Jalisco", siempre hubo clases.

Tuvo que esperar el Bernabeu al minuto 21 para ver la primera ocasión de su equipo, Higuain pisó área y se la puso a Cristiano, ni por arriba ni por abajo ni todo lo contrario, algún día lo sabremos. Fue en el minuto 27 cuando llegó ese gol que no sorprende por esperado, bueno no sorprende si no eres Arbeloa al que pilló preparando algún discurso de esos con los que últimamente nos deleita, ni por derecha ni por izquierdas ni por... definitivamente el canterano no esta, le seguiremos esperando. El coliseo de la Castellana estaba siendo engullido por los cánticos alemanes y decorado en Amarillo y Negro, no era para menos, su equipo era muy superior y además estaba mostrando un juego de alto nivel, por el contrario el equipo blanco parecía como un equipo desconfigurado con respecto a la temporada anterior, aún así se fue arriba y se encontró con un gol de Pepe que llegó en el momento indicado, que más da la belleza, hay ocasiones que la necesidad nos hace ver lo bella que es la vida aunque todo sea producto de nuestra imaginación. Parecía que lo más difícil se había conseguido cuando  otra vez Arbeloa apareció con aspecto de turista desubicado para poner el balón dentro de su propia portería, era el minuto 44, ya saben eso del gol psicológico.

Todos al descanso, los alemanes viviendo una noche de ensueño en Chamartín y el Madrid a lamerse las heridas, el marcador no hacia más que hacer justicia por los pelos, podía haber sido peor. El equipo alemán impuso el ímpetu que otorga la juventud, bendito tesoro.

La segunda mitad dio comienzo y pronto se vio otro aire, la salida de Callejón y Essien (en su sitio) dieron al equipo local más consistencia y volver a sus orígenes, el conocer el camino te hace más seguro, el coliseo madridista empezaba a lucir esas galas de la épica. Andar por los terrenos de la heroicidad conlleva unos peligros que se suelen asumir, muchos héroes murieron en el camino. Los de Mou dominaron toda la segunda parte con el alma que no con el fútbol  pero a este equipo le ha valido muchas veces con eso, anoche le faltó tiempo y Marcelo por que en un fútbol de locura siempre encaja un "loco", eso si, un bendito "loco". Pasaban los minutos y las ocasiones llegaban pero no el gol, empezaba a merecer algo más el propietario del terreno hasta que en el minuto 89 tuvo que ser Ozil el que sacara petróleo y los colores al portero alemán Weindenfeller con un lanzamiento magistral de falta al que el cancerbero llegó con la pose del abuelo que va a recoger sus bolas en la petanca, con la lentitud y la torpeza de la mano. Era el empate que quizás hiciera justicia, pero detrás de la épica se esconde un equipo preocupante que ha perdido aquel poderío que enamoraba y del que solo queda el aroma que deja al pasar por tu lado, tiempo hay, plantilla también y entrenador quizás. De momento anoche del mal el menos, ganaba el fútbol y empató el corazón.

FICHA DEL PARTIDO:

Real Madrid: Casillas; Ramos, Pepe, Varane, Arbeloa (Kaká, m.77); Xabi Alonso, Modric (Essien, m.46); Di María, Ozil, Cristiano e Higuaín (Callejón, m.46).

Borussia Dortmund: Weidenfeller; Piszczek, Subotic, Hummels, Schmelzer; Kehl, Gundogan (Perisic, m.80); Reus (Bender, m.74), Gotze (Leitner, m.90), Grosskreutz y Lewandowski.

Goles: 0-1, m.28: Reus; 1-1, m.35: Pepe; 1-2, m.45: Arbeloa, en propia puerta. Árbitro: Cuneyt Cakir (Turquía). Mostró tarjeta amarilla a Grosskreutz y Hummels, del Borussia Dortmund.

Incidencias: Encuentro de la cuarta jornada del Grupo D de la Liga de Campeones disputado en el estadio Santiago Bernabeu ante unos 76.000 espectadores.

Fdo: Carlos el pelijas.