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| La sociedad M&N. |
El Rayo recibía a un Barcelona que sigue buscando perfeccionar su nuevo estilo. Tras las dudas futbolísticas resultantes de partidos como Apoel, Málaga y PSG los de Luis Enrique buscaban seguir creciendo. De salida el técnico asturiano alinearía un once en el que destacaba la mayor envergadura defensiva con el trío Pique, Bartra y Mathieu (intentando minimizar el déficit en el juego aéreo), la vuelta al trío más exitoso de los últimos años en la media con Busquets, Xavi e Iniesta y la velocidad y picardía de una delantera formada por la dupla de moda, N&M, junto al efervescente Munir. Sabedor de las cualidades y puntos flacos de su rival el técnico rayista, Paco Jémez, alineaba a un equipo fiel a su personalidad de ir a buscar al rival, por mucho nombre que tenga este, vistiéndose los suyos con su uniforme de iniciales RV emulando a una pasarela de moda con trajes de Roberto Verino. Porque este Rayo no responde al prototipo de equipo humilde que busca sin más encerrarse atrás y aprovecharse de algún error puntual del rival. Este equipo a su lucha incansable une un gran desparpajo buscando disputarle la posesión a su contrincante con fútbol de toque y gran estilo ganándose así la admiración del respetable.
El encuentro comenzaba con un equipo local desbocado que asfixiaba y sorprendía a un Barça que parecía estar reviviendo su duelo contra el PSG. Los madrileños salían como los franceses en unos primeros 18 minutos donde Trashorras hacía de Pastore, Batistao emulaba a Cavani presionando e incomodando a los defensas y Kakuta con su velocidad y desborde imitaba a Lucas Moura. Solo una acción aislada de Neymar asistiendo a Messi había inquietado a un Rayo que ya había probado previamente al portero Bravo. Fue en el minuto 13 cuando en ella Leo estrellaría su lanzamiento en el cuerpo de Toño achicándole muy bien los espacios el cancerbero desviando su remate a córner. Con los de Vallecas controlando el encuentro con una defensa muy adelantada y las líneas muy juntas, dificultándole la salida y circulación de balón, al Barça solamente le quedaba el recurso de intentar sorprender con envíos en largo buscando la espalda de los locales mediante la velocidad de sus puntas trazando diagonales. A punto estuvieron de conseguirlo cuando, en el minuto 18, el defensa rayista Abdoulaye se confiaba saliendo desde atrás, perdiendo el esférico ante un Messi que apareciendo por detrás le robaba la cartera, viéndose obligado a derribar al argentino recibiendo la primera amarilla del encuentro.
Ese susto pareció un punto de inflexión ya que a partir de entonces el Barcelona comenzaría a tener el dominio del encuentro con Xavi dirigiendo a los suyos. Bien es cierto que las ocasiones seguían sin llegar costándole superar la disposición defensiva tan ordenada de los de Paco Jémez pero el ritmo empezaba a variar. Ante ese nuevo rumbo llegaría el “minuto negro” para los vallecanos. Como si de un agujero negro se tratase en un abrir y cerrar de ojos las ilusiones de los locales se verían engullidas. Era el minuto 36 cuando tras recuperar Piqué un balón el central no se lo pensaba y enviaba de primeras un pase largo que Messi controlaría por la izquierda entrando en el área y batiendo a Toño. Los locales se lamentaban y con la caraja aún a cuestas segundos después, tras sacarse de centro, llegaría el segundo. El Barça recuperaba rápido y Munir, recibiendo un pase en largo de Bartra, bajaría el esférico habilitando a Neymar para que el brasileño, escorándose dentro del área hacia la derecha y disparando cruzado, superase al portero por el costado izquierdo. Ante ese palo tan duro el Rayo se descompondría y fruto de la frustración estaría a punto de encajar el 0-3 en el 42. Fue en una acción en la que Munir se iba solo, después de recibir un servicio en largo de Piqué, cayendo en el área derribado por el meta Toño sin que el árbitro Mateu Lahoz señalase el punto fatídico ante sus dudas. Con los de Paco Jémez respirando hondo para no sufrir otro contratiempo se llegaría al descanso con el resultado de 0-2 con un Barça más efectivo que estético.
La segunda parte comenzaría con un doble cambio en el Rayo retirándose del campo Abdoulaye y Lica suplidos por Aquino y Manucho. Con la entrada del ex. delantero del Valladolid los locales no se rendían y buscaban dar un golpe de efecto que les metiese en el partido, aprovechándose del gran ímpetu y motivación con el que había saltado el atacante al césped, ante un Barça que seguía tocando y tocando. Fruto de esos intentos emergerían las figuras del chileno Bravo, manteniendo el cerrojo en su meta haciendo gala de su sobriedad y reflejos luciéndose en el 59 a un disparo de Batistao enviando a córner, y de un reivindicativo Piqué que se mostraba tan serio atrás como preciso en la salida de balón asistiendo a sus compañeros. Poco le duraría la ilusión a los madrileños que estaban vendiendo cara su piel pues a la ocasión de Batistao le sucedería la expulsión en el minuto 60 de Morcillo, viendo su segunda amarilla, perdiendo así a su defensa más puro ante un equipo culé que desde entonces se haría con un mayor dominio de la situación llevando más peligro al área rival.
Ante ese nuevo escenario tan favorable Luis Enrique movería el banquillo metiendo a Pedro por un muy incisivo Munir, a Rakitic por Iniesta y a Sandro por un Neymar que sigue en estado de gracia en su idilio con el gol. En estos cambios hay que hacer mención especial al papel que está desempeñando Andrés. El de Fuentealvilla ha pasado de ser “Iniesta de mi vida” a convertirse actualmente en un cometa fugaz en el universo futbolístico. Lejos de ser ese jugador estelar, participativo y desequilibrante de antaño se está mostrando como un jugador de contadas apariciones en las que deja destellos de su gran clase a modo de fugaces chispazos. Por ello esperemos que esta crisis sea pasajera y que no se convierta en el comienzo del fin de un jugador que tantas tardes de gloria ha dado a los suyos y que tanta admiración y respeto levanta entre aficiones rivales. Con esas pertinentes modificaciones y unos locales ya entregados, muy justos de fuerzas debido a su gran despliegue físico e inferioridad numérica, el Barça crearía más ocasiones. Eso provocaría que el conjunto de Vallecas terminase con 9 jugadores sobre el césped al ver Aquino la segunda tarjeta amarilla, en el minuto 91, por una dura entrada a Busquets después de haber recibido la primera por un derribo a Neymar, en el 63, finalizando instantes después el duelo con el resultado de 0-2.
Victoria de un Barça que una jornada más continúa invicto mostrando un fútbol que sigue sin convencer despertando recelos ante los duelos que están por llegar contra rivales de máximo nivel. Porque más allá de haber batido Claudio Bravo el record de imbatibilidad que hasta hoy ostentaba el histórico meta Artola, en la historia culé, el Rayo se mostró como un rival muy digno. Y es que los madrileños lograron ponerle en tremendas dificultades hasta que la mala fortuna se cebó con ellos demostrando así que al conjunto de Luis Enrique aún le queda mucho por mejorar no en cuanto a actitud pero sí en cuanto a mezclar el juego sabiendo crear ocasiones más allá de jugar a la contra para evitar así la extrema dependencia del dúo Messi Vs. Neymar.
Fdo: Jesús Martinez.
FICHA TÉCNICA:
RAYO VALLECANO: Toño; Tito, Abdoulaye (Manucho, Min. 46'), Morcillo, Insúa; Tashorras (c) (Jozabed, Min. 73), Baena; Lica (Aquino, Min. 46'), Bueno, Kakuta; y Baptistao.
FC BARCELONA: Bravo, Alves, Piqué, Bartra, Mathieu, Busquets, Xavi (c), Iniesta (Rakitic, Min. 69); Munir (Pedro, Min. 59'), Messi y Neymar (Sandro, Min. 80).
GOLES: 0-1, Min. 34, Messi. 0-2, Min. 36, Neymar.
ÁRBITRO: Antonio Miguel Mateu Lahoz (Comité Valenciano). Expulsó a Morcillo (Min. 60) por doble amonestación y a Aquino (90+1) también por doble amonestación. Mostró tarjetas amarillas a Xavi (Min. 9') por interceptar el balón con la mano; a Abdoulaye (Min. 18) por una entrada por detrás sobre Messi; a Trashorras (Min. 33) por protestar; a Morcillo (Min. 37) por una dura entrada por detrás a Messi; a Morcillo (Min. 60) por una patada a Messi; a Aquino (Min. 63) por una patada a Neymar; a Piqué por agarrar a Kakuta; y a Aquino (90+2) por una patada a Busquets.
INCIDENCIAS: Estadio de Vallecas, 14.070 espectadores, casi lleno.
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