ELCHE CF 0 - FC.BARCELONA 0. HOMENAJE A HITCHCOCK.

Tarde de lamentos, Adriano da fe.

Tarde de domingo. Se mascaba la tensión en el Martínez Valero. Elche y Barça se jugaban un partido a vida o muerte. Los locales en su afán por lograr continuar un año más en la máxima categoría. Los visitantes intentando aprovechar el milagro de "los panes y los peces" con el que el destino les había premiado deportivamente reenganchándoles en la lucha por ganar un campeonato del cuál se habían despedido la semana anterior tras empatar en el Camp Nou ante el Getafe. Como muestra no había más que leer o escuchar las declaraciones, al final de ese choque, de jugadores y técnico haciendo autocrítica lamentándose de los errores. Unos errores que les habían hecho perder 10 puntos frente a equipos que luchaban por salir de los puestos de descenso en el presente campeonato. A esa estadística se agarraban los ilicitanos en un campo que además había sido históricamente maldito para los barcelonístas en no pocas ocasiones.  

Pero a veces el destino es cruél y cuando los culés ya estaban de fiesta asistiendo a un asado de despedida del año, cortesía del Tata, pensando ya en el mundial o en las vacaciones (mirando billetes en agencias de viajes, los que no lo vayan a disputar, eligiendo destino) no les quedo más remedio que dejarse de fiestas volviendo a conectarse a la competición para disgusto de ellos. Con otra cena de hermanamiento (una más de las muchas comidas y cenas que han tenido este año para alegría de restaurantes en la ciudad condal), tras el batacazo del Madrid en Valladolid, la plantilla del Barcelona intentaba mentalizarse ante el gran reto que les quedaba por afrontar. Porque faltaban solamente dos partidos en los que dependerían de sí mismos para ganar un campeonato liguero que había quedado descartado apenas unos días antes, provocando unos días posteriores llenos de rumores hablándose más de la reunión de Zubizarreta con Luis Enrique en Gavá, comenzando así el baile de rumores sobre nombres nuevos para la próxima temporada con los que volver a ilusionar a una afición desencantada.  

Eran las 19 h. y en esos momentos se iniciaba un encuentro en el que el público asistente al estadio comenzaba a tirar de transistores siguiendo las evoluciones de unos rivales que disputaban sus otros encuentros a la misma hora y que competían con ellos en su disputa por evitar el descenso o para ganar la liga. Los nervios afloraban en la grada con aficionados locales deseando que los suyos pudiesen confirmar sus opciones de mantenerse otro año en la máxima categoría. Por contra los visitantes imploraban a los suyos a fin de que estos sacasen ese gen competitivo del que habían hecho gala, en sus declaraciones previas, manteniendo así la esperanza viva de llevarse el título en la última jornada. Una jornada en la que el Camp Nou recibirá a un At. Madrid al que no habían vencido en ninguno de sus enfrentamientos directos en la presente temporada. Era la penúltima final para ambas escuadras, en la busqueda de afrontar y lograr parte de los objetivos que les quedaban, y por ello tocaba tirar de casta y orgullo en una altura de la temporada donde las fuerzas ya flaquean.   

Deseosos de poder plasmar con hechos sus palabras en los días previos los barcelonístas salían con la mejor de sus intenciones apoderándose del balón y dando un aviso por parte de Iniesta, en los primeros minutos, lanzando un potente disparo que se estrellaría en el larguero. Pero ahí murió todo siendo esa ocasión un puro espejísmo, un oásis en medio del desierto, pues desde entonces el partido se tornaría en una auténtica película de terror digna del mejor homenaje a un maestro del suspense como Alfred Hitchcock. Terror porque da pavor ver jugar a este conjunto azulgrana que nos ha venido obsequiando esta temporada con partidos más típicos del suspense y del thriller psicológico, poniendo a prueba la salud mental de muchos, que del caviar con el que antaño deleitaba los paladares del exigente público culé. Los minutos pasaban, la ansiedad invadía a ambas hinchadas y amordazaba a jugadores de ambos equipos temblándoles las piernas. Porque al Elche le valía con un punto para sellar practicamente su permanencia y al Barça no le daba para poder seguir dependiendo de sí mismo siempre y cuando el Atlético ganase. Los primeros 45 minutos se convirtieron en un auténtico querer y no poder muriendo el Barça en las inmediaciones del área, amasando el balón una y otra vez, sin jugar velozmente a un toque ante la falta de movilidad de unos delanteros que no originaban espacios buscando recibir y originar peligro. Esa esasperante lentitud y falta de ideas, unido a la falta de un delantero tanque ejerciendo como referente para ofrecer una alternativa en ataque, hacía que el Elche viviese comodamente viendo como pasaban los minutos con su rival colgando balones al área sin ponerle en aprietos firmándose el 0-0 al descanso.  

Esperando a que los azulgrana se revitalizasen bajo las consignas del Tata Martino y la motivación extra de unos resultados favorables, con el Atlético empatando en el Calderón y el Madrid borrándose de la liga en Balaídos perdiendo 0-1, comenzaba la segunda mitad. No obstante la esperanza pronto se fué al garete viendo que nada cambiaba. Fue entonces cuando los aficionados culés empezaban a recordar a Julio Iglesias con su tema de "la vida sigue igual" y a Coque Malla con su "no hay manera" contemplando a un equipo que volvía a mostrar el mismo encefalograma plano de siempre pareciéndose más a un paciente hospitalizado que vivía en el coma inducido, manteníendo vivas sus constantes vitales gracias a la respiración asistida, en lugar de uno a punto de recibir el alta médica deseoso de salir a comerse el mundo. Porque mientras los de Fran Escribá se vaciaban dándolo todo, viendo que el empate les estaba asegurando la salvación ante los resultados en otros campos de sus rivales, los azulgrana seguían rondando el área sin inquietarles, más allá de una clara ocasión desperdiciada por Messi, dejándoles cada vez más espacios para poder ser sorprendidos a la contra. A punto estuvieron de conseguirlo cuando Pinto, en una desafortunada acción, ejerció el papel de "el hombre que sabía demasiado" convirtiéndose en un espía infiltrado que con su error a punto estuvo de condenar a los suyos aumentando así la "psicosis" de su hinchada.   

Ante tal panorama el Tata, ejerciendo el papel de "falso culpable", viendo el encuentro desde "la ventana indiscreta" de su área técnica decidío mover el banco dando minutos a un Tello que una semana antes se le había revelado. Sin duda buscaba con ello un golpe de efecto con un jugador deseoso de poder demostrar que su nivel futbolístico estaba a la altura de su nivel oral a la hora de quejarse. Lamentablemente ese deseo no se hizo realidad y el 20 azulgrana se convirtió en un paseante más por el césped que en un jugador incisivo. El final se acercaba y el equipo comenzaba a sufrir de "vértigo", tras enterarse de que tanto Atlético como Madrid iban perdiendo sorpresivamente, ya que de marcar un gol en esos momentos se habría convertido en líder provisional del campeonato. Ni ese, ni el posterior empate del Atlético minutos después, lograba ejercer de "desfibrilador" a la hora de recuperar las constantes vitales devolviéndole la vida a un conjunto azulgrana que acabaría firmando un empate sin goles en su visita a tierras alicantinas. Un conjunto azulgrana que tras finalizar su choque se sintió "con la muerte en los talones" ante una mano milagrosa de Willy Caballero que ejerciendo de "Marnie la ladrona" evitaba el 2-1 de Adrián, en el último suspiro, robándole la gloria a unos atléticos que ya se veían cantando el alirón en el Calderón. Ahora el Camp Nou esperará para dictar sentencia jugando a "la ruleta rusa" en un duelo directo de auténtico "frenesí". Será un partido de altos vuelos digno de haber sido dirigido en su día por un maestro del suspense como Alfred Hitchcook. Porque en él se darán todos los ingredientes necesarios para haber rodado un film de los suyos lleno de emoción, intriga y tensión. Un film en el que seguramente, de no obrarse un milagro, el conjunto del Manzanares se proclamará campeón viendo las sensaciones mostradas por ambos haciendo este gala de su fé y garra dándole así el "tiro de gracia" al Barcelona más frágil y vulnerable de los últimos años. De lograrlo los colchoneros sin duda habrán dado un paso muy importante para irse a Lisboa con la moral por las nubes disputándole la final de la Champions a un Real Madrid que, en esta penúltima jornada, se ha suicidado deportivamente enterrando sus opciones de ganar la liga y que parte como favorito buscando conquistar la décima. 

FICHA TÉCNICA:

ELCHE CF: Manu Herrera, Damián Suárez, Lombán, Pelegrín, Cisma, Carles Gil (Boakye, m. 77), Carlos Sánchez, Rubén Pérez, Javi Márquez (Rivera, m. 73), Rodrigues y Coro (Fidel, m. 87). 

FC BARCELONA: Pinto, Alves, Bartra, Mascherano, Adriano, Iniesta, Busquets, Fàbregas (Xavi, m. 80), Alexis, Pedro (Tello, m. 68) y Messi. 

ÁRBITRO: Texeira Vitienes (Comité cántabro). Amonestó a los locales Pelegrín, Cisma y Rubén Pérez y a los visitantes Alexis, Mascherano y Pedro. 

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la 37! jornada disputado en el estadio Martínez Valero ante 33.069 espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones. En el minuto 14 se recordó a Tito Vilanova, ex jugador ilicitano y ex técnico azulgrana, con imágenes en los vídeo marcadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de los niños fallecidos el jueves en un accidente de autobús en Extremadura. En los prolegómenos se homenajeó a los ex jugadores del Elche y Barcelona Marcial Pina y Juan Manuel Asensi. P.D: Con esta crónica, agradeciéndoles a Pelijas y Porlán su generosidad dándome esta nueva oportunidad en partido de liga, se despide de ustedes este cronista deseándoles una feliz Primavera y un mejor Verano XD.

Fdo: Jesús Martinez.