CARTA A TITO VILANOVA.

Querido Tito;  

No sé cómo escribir para expresar todo lo que se me pasa por la cabeza, seguramente no pueda porque tu pérdida es muy sensible, pero puedes descansar en paz, no nos quedamos sin ti del todo. Dejaste una huella, un ejemplo a seguir, un pase al hueco para el que quiera entenderlo, porque has sido de ese grupo de hombres que encarnando como pocos valores de lucha y humildad, te convertiste en faro y guía para todos. Con el tiempo ese será el mejor consuelo que le quede a los tuyos, a tu familia, a tus íntimos, que pueden presumir orgullosos de haber formado parte de tu camino. “Padre cariñoso y marido enamorado”, son las palabras que usó Zubi para definirte y eso te honra, son muy hermosas, creo que son las más bonitas que se pueden decir sobre una persona. Pero no nos dejas huérfanos, nos aportas un valioso legado, porque ahora recordarte significa traer a la pizarra de la vida el sentido de las palabras esfuerzo y honradez, de cómo se puede llegar a lo más alto sin estridencias, siendo tan tímido como sincero, tan educado como competitivo, tan valiente como humano, marqués te llamaban tus amigos.  

Desde ayer el veinticinco de abril va a ser una fecha que no olvidaremos, va a ser recordado como tu día porque formas parte de la historia del Barça. Recuerdo las palabras con las que recibiste tu cargo de segundo entrenador de la primera plantilla: “Estar en este club entrenando es la hostia, pero trabajar aquí y ganar títulos debe ser la rehostia” ( 21 de Julio de 2008). Resume la rabia que siento por el hueco que nos dejas. Si esta enfermedad tuya, como tú decías, siempre es injusta, da mucho más coraje si además se lleva por delante a una persona que no ha tenido tiempo de conocer a sus nietos, pero es que si encima te atropella en el mejor momento de tu vida te parte el alma. Pudiste cumplir el sueño de ser entrenador del Barça, no te cabía el corazón en el pecho, pero en ese momento el destino te señaló un fuera de juego que no era, esa es la rabia que todos sentimos, y esa es tu lección de vida, no quejarte y dar la cara. Se me encogió el alma cuando te escuche en la radio decir que había que buscar soluciones, que había que luchar, “y si no hay solución mala sort”, o lo que es lo mismo, asumirlo con la integridad necesaria, cosa que no está al alcance de todo hijo de vecino.  

Yo sé por que no te quejabas, porque exprimiste tu existencia como un limón. Es justo decirlo, formaste parte del que para muchos, entre los que me encuentro, fue mejor equipo de la historia del fútbol, y eso sabe a gloria. Estuviste ahí, con Guardiola desde el primer momento. Él era el guapo, la cara pública, y tú el confidente necesario, la mano derecha, el equipo perfecto, pero te diré más, hay quien dice que cuando dejaste solo al de Sampedor en la primera fase de tu enfermedad, fue cuando al Barça se le escapó aquella liga, que erais una dupla que no se podía entender si alguno no estaba. Recuerdo como cuando pintaban bastos conferenciabais en el banquillo, cuando lo veía pensaba que iban a pasar cosas, buscabais una solución que siempre terminaba funcionando, y tocasteis el cielo. Sin duda alguna los mejores años de los casi ciento quince que cuenta el club de Les Corts, y ahí estuviste Tito, eso te lo has llevado de esta vida.   

Ahora la vida debe continuar, espero que desde arriba sigas inspirando a tus sucesores en el banquillo, que les soples la táctica al oído, que nos sigas ayudando con la entrega que siempre has demostrado para este club. Solo me queda darte las gracias. Podría estar horas y horas y no terminaría nunca de expresar todos los sentimientos que me atraviesan, la gratitud ya destaca por encima de la pena. Gracias Tito, fuiste un artesano de la honra, el artífice de tantos sueños como culés hay en el mundo, responsable en buena parte de infinidad de sonrisas y de lunes con buena cara, forjador de abrazos cargados de euforia, y de tantas cosas…Por eso te queremos, por eso se nos cae la lágrima cuando te recordamos, por eso siempre te llevaremos dentro, por tu ejemplo, por tu gallardía, por tu honradez, por conseguir que crezca un poco más el amor al fútbol sean los que sean los colores de la camiseta que se vista, y por alimentar la pasión azulgrana para los que la llevamos dentro. Gracias Tito. Muchísimas gracias, siempre estarás en nuestro recuerdo, nos dejas un legado, una huella a seguir. Gracias Tito, descansa en paz.   

Fdo: Antonio Porlán Arcos. 

Pdta; solo una cosa más Tito, no quiero que se me quede en el tintero que lo mismo te quedaste corto con la colleja que le metiste a Mourinho.