DOS AMORES QUE DESEMBOCAN EN EL MAR.

Porque empiezo a necesitar lavarme la cara con espuma de vuestro mar, porque comienzo a sentir que me hace falta la sonrisa que me regala el arte de vuestra gente, porque me urge ese aire cargado de sosiego que vosotras me ofrecéis, ese que limpia mi fatiga, reposa mis prisas y acaricia mis cinco sentidos, porque sois las únicas capaces de sacar lo mejor de mi cuando os escribo, porque hacéis que entre piropo y piropo se me escape un lamento de distancia, por tantas y tantas cosas...

...SOIS TANTAS COSAS.

Un faro que parece viajar al celeste de tu cielo; Un balneario que se asoma a tu orilla para respirar la sal de tu caleta; Un santuario de virgen morena bañado de espuma blanca y moscatel; Un espejo caletero en aguas adormecidas por las caricias de las mojarritas que en ti habitan; Unos corrales impregnados de secretos que esconden, entre marea y marea, mil historias por contar; Una catedral que vigila el horizonte con la esperanza de ver como el sol se esconde un día más adornado por dos churretes coloraos; Un paseo de los eucaliptos que es refugio de sombras que desembocan en la luz de tu mar; Una calle de la Palma, castiza, viñera y gaditana ella. Por eso y por mucho más que me callo para poder seguir teniendo cosas que deciros, son tantas...

Mientras me conformaré con ecos que me vienen con compases de tres por cuatro que atisban la proximidad de un nuevo carnaval que en sus letras os dicen todo aquello que yo no se plasmar en renglones.

Cadiz y Chipona; Chipiona y Cadiz, mi sol, mi sonrisa, mi pasado, mi presente y mi futuro, dos lugares, un destino, dos sentimientos, un amor, dos guapuras, una belleza, dos besos, un te quiero; DOS LOCALIDADES QUE SE FUNDEN RODEADAS POR MIS BRAZOS.