FC.BARCELONA 3 - REAL BETIS B 1 PROZAC, DIAZEPAM Y VALIUM.

Jordi Figueras no tuvo su día.

Cuando un entrenador dice en rueda de prensa que lo importante ha sido el resultado, está reconociendo que su equipo no ha hecho los deberes. La llegada del Betis no produjo ruido alguno, una valeriana entre tanta historia, el invitado perfecto para un partido de trámite antes de la visita al Calderón de Champions, pero nadie pensó que venía otro Calderón jugándose la poca vida que le queda en el asiento delantero del autobús bético. Tanta voluntad le pusieron, que prácticamente terminaron ellos mismos haciéndole los goles al Barça, o sin casi, dos penaltis, uno inocente y otro accidentado, más un gol en propia puerta, impidieron que los sevillanos se llevaran algún tesoro de territorio culé, tal como merecieron por su valentía. Y es que la parroquia de Les Corts no gana para sustos, hay como para hacerse adicto al Trankimazin, esta semana se ha visto amenazado uno de los grandes símbolos culés, la cantera. Una gigantesca bandera con el lema “La Masía no se toca” presidía la tribuna a la salida de los jugadores, la sanción de la Fifa es el último capítulo de la conspiración paranoica de la mano blanca que decía Sadurní. El referéndum que decidió la remodelación del Camp Nou, no hizo olvidar la sanción que amenaza el próximo año, si el Barcelona no consigue la cautelar se va a ver muy mal para tapar las carencias que está demostrando, solo a base de Diazepam nos podríamos quedar con Pinto de titular, el gaditano garantiza emociones fuertes, tírasela al pie y verás noventa mil almas encogidas.  

El planteamiento bético fue valiente, tirado arriba a presionar la salida del balón se llevaron varias rifas en el medio campo, y defendiendo con orden, buscaron la contra rápida con un Batistao muy activo. Ni Bartra ni Mascherano daban la sensación de seguridad apetecida, y así, hasta el primer remate azulgrana de Xavi, fueron los visitantes los que generaron cierto peligro. En la grada se consumía Dextrometorfán, alucinógeno para la tos, cuando vieron a Alexis bajar un balón del cielo con un toque sutil, sin mirar la bola, meterse en el área entre cinco rivales y regatear a unos y a otros, así hasta media docena de recortes que terminaron con un penalti de Jordi Figueras. Nadie lo creía, ¿era Alexis o el Diazepam mezclado? Penalti, Messi y uno cero en el quince. Parecía que la tarde iba por buen camino, pero fue un espejismo. Tras su minuto de gloria el chileno desapareció, como el centro del campo, convirtiendo el partido en un ir y venir de una portería a otra, sin transición, buscando que todo fuera un contraataque continuo, como si el partido estuviera terminando y a nadie le valiera el resultado. Un combate estéril en el que apenas se generaron ocasiones, con un Busquets tremendo en la recuperación y el apoyo a sus compañeros, y pare usted de contar, descanso y a buscar en la farmacia algo que tomar porque el partido no estaba cerrado. 

La segunda parte fue dando paso a los nervios en la grada, llegaron a escucharse silbidos en alguna fase del partido. Se temía el empate del Betis ante la inoperancia y la mala suerte de los locales, una falta de Xavi al larguero y el partido que no se cerraba. El Atlético había resuelto lo suyo en el Calderón, y el otro Calderón daba entrada a Molina y a Rubén Castro, no quedaba más remedio que echarse un poco de Valium al cuerpo, las emociones iban a resultar fuertes. N´dyae pudo meter un golazo que se encontró la manopla de Pinto, un córner se envenenó en su segunda jugada, y en la grada faltaban uñas. Fue entonces cuando vimos la definición más radical de mala suerte. Cuando más vivos estaban los béticos se metieron un gol en propia puerta, injustísimo. Adriano cruzaba una bola buscando a Pedro y Jordi Figueras la coló en su portería en el intento de cortar la bola, el dos cero llegó acompañado de más suspiros que gritos, era el sesenta y seis, partido cerrado. ¿Cerrado? Al minuto siguiente el Betis acortaba distancias y se metía otra vez de lleno. N´dyae se comió a Bartra y un rechace le llegó a Rubén Castro que sentando a varios defensas batió a Pinto con un remate blando y centradito, más Valium, pero del siete. La parroquia se removía inquieta, la vida se complicaba, solo le faltaba a la semanita despedirse de la liga. Martino retiró a Pedro e Iniesta, ante lo que algún aficionado pasó de la farmacia y directamente se fue a los bajos fondos a buscar drogas duras de verdad, al menos se perdieron el balón suelto en el área que, otra vez N´dyae, estuvo a punto de transformar en el dos a dos. El alivio llegó a la grada solo cinco minutos antes del final, un penalti accidentado, otra semana más Neymar sacando penas máximas, aunque en esta ocasión solo pretendiera centrar, no fue cosa suya que saliera la mano del defensa interceptando la bola. Messi en dos tiempos, Adán le hace un paradón al primer disparo, transformó el tres uno que no dejó a nadie tranquilo hasta que el árbitro pitó el final del partido. 

El Barça se mantiene en la lucha. Sacó con apuros el compromiso más sencillo de los que le quedan, al menos a priori, y conserva la dependencia de sí mismo. Al menos hay que reconocerles el mérito de saber sacar un partido pensando en otro, en una semana en la que le ha caído la del pulpo con la Fifa, y que se suma a tantos palos que más que una mano negra, o blanca según para quien, parece la mano del mismísimo todopoderoso la que no deje de mandarle plagas a este Barça, comprenderán que esto sin Prozac no hay cuerpo que lo aguante.  

FICHA TECNICA:

FC BARCELONA: Pinto; Alves, Bartra, Mascherano, Adriano; Busquets, Xavi (Song, m.88), Iniesta (Cesc, m.78); Alexis, Messi y Pedro (Neymar, m.78). 

REAL BETIS: Adán; Juanfran, Amaya, Jordi, Juan Carlos; N'Diaye, Lolo Reyes, Nono; Cedrick (Rubén Castro, m.61), Vadillo (Molina, m.61); y Baptistao (Braian, m.82). 

GOLES: 1-0, m.15: Messi, de penalti. 2-0, m.67: Jordi Figueres, propia puerta. 2-1, m.69: Rubén Castro. 3-1, m. 85: Messi. 

ÁRBITRO: Prieto Iglesias (Comité Navarro). Mostró cartulina amarilla a Reyes (m.60) y a Amaya (m.76). 

INCIDENCIAS: Asistieron al encuentro 81.978 espectadores en partido disputado en el Camp Nou, correspondiente a la trigésimo segunda jornada. Antes del inicio del partido se desplegó una gigantesca pancarta con la inscripción: "La Masia no se toca", sobre el contencioso que los azulgrana mantienen con la FIFA a raíz del fichaje de jugadores menores.

Fdo: Antonio Porlán Arcos.