ADIOS PEPE, ADIOS ORTEGUIANO.

Con tu gran amigo Nacho de testigo.

Pues ya ves Pepe, aquí me tienes escribiendo unas lineas que jamás hubiera deseado escribir, se que lo podría haber hecho antes, pero también se que no. Cuando uno esta desbordado por el dolor y siente sensaciones nuevas jamás vividas, necesita un tiempo que ordene todo y vaya cortando esa hemorragia que te parte el alma en dos. Poco a poco ya atisbo algo de sosiego, entiéndeme, como iba a pensar yo que me iba a tener que despedir de ti recién comenzado el camino. La verdad es que aún estoy entre la realidad y el deseo, estoy aquí sentado frente al teclado y me sigo resistiendo a esta injusta despedida. El deseo y la realidad, no nos engañemos, raramente andan el mismo camino, solo ocasionalmente se juntan, cuando lo hacen suele ser para cumplir el sueño de algún privilegiado y mi sueño ya es un sueño imposible.

Estoy sentado entre la pena y el dolor dispuesto a escribirte unos renglones empapados de rabia e impregnados de impotencia, y no me vale eso de "la vida es así", esta vez la vida se ha pasado de frenada, se le ha ido la mano de una manera lamentable. En esta ocasión se ha llevado por delante a alguien que aún no estaba preparado para tan largo viaje, que traicionera es, se sabe fuerte, por eso nos da la vida de ventaja.

Pepe, hoy te despido como amigo, como orteguiano, como periodista pero sobre todas las cosas, como persona. Solo una persona grande deja el legado que tu has dejado con tan solo 38 años, has dejado amigos de verdad, compañeros que te han respetado en vida, que es lo más difícil, por desgracia se nos da mejor respetar y hablar bien de uno cuando ya es tarde.

Lo que tu has hecho por la familia orteguiana no se puede pagar con nada, solo con el tiempo, pero ya ves, ni eso nos ha dado la vida. Quisiera agradecerte tu cercanía, tu complicidad, tu cariño, tu respeto y porque no decirlo tu admiración, tus allegados sabemos lo que respetabas a este grupo y la admiración que sentías por esta familia que era la tuya porque así lo quisiste desde el inicio, desde el primer día te entregaste a ella sin trampa ni cartón. Desde el primer día te pusiste el mono y a trabajar, eso si, siempre en la sombra, siempre en silencio, siempre desde esa humildad que siempre te acompañaba a todos los lados, no te gustaba salir en esas fotos que conceden méritos.

Has hecho tanto por nosotros, eso pocos los saben, siempre te moviste entre bambalinas, allí, lejos del decorado que luce a los ojos de todos, cuanto nos ayudaste en ese trabajo que nadie ve, esas horas en las que nos dedicábamos a intentar mejorar la página para que la gente estuviese como en casa, queríamos orteguianos en pijama frente al ordenador, pretendíamos ser la mesa camilla donde juntarnos a pasar un buen rato, nuestra meta eran nombres, no números, nunca nos importó la cantidad, solo la calidad. Como en toda familia puede ser que en ocasiones haya habido y seguirá habiendo alguna que otra discusión, pero siempre nos las guardaremos en familia, ya sabes, los trapos sucios se lavan en casa.

Nos enseñaste la radio por dentro, hiciste de cordón umbilical entre ella y nosotros, nos diste un lugar en tu programa para hacer esa quiniela que tanto te gustaba a ti y que tan feliz nos hacia a nosotros, nos diste nuestros minutos de gloria, hiciste felices a orteguianos y orteguianas que por vez primera hablaban por la radio, nos regalaste a Diego a Oscar y a mi la mayor de las alegrías, ver a los orteguianos felices. Nos diste tanto Pepe... y jamás te diste importancia, nunca tuviste un gesto altivo por ello, al revés, te empeñabas en decir que eras uno más, y que va Pepiño, no eras uno más, eras el que nos daba el pulso, el que nos hacías sentir que eramos alguien, fuiste la cruz de guía para esta familia.

La imagen de la quiniela, dos grandes.

Yo se perfectamente que a partir de ahora nada va a ser igual, seguiremos luchando día a día porque este grupo siga ese camino que emprendimos hace más de cinco años, lo haremos por ti, estoy seguro que tus nos mandarás tu fuerza porque como tu repetías una y otra vez, seguirás siendo uno más. Sabes que entre todos los que nos quedamos huérfanos de ti hay alguien que te quería sobremanera y que ha vivido unos días durisimos por no poder estar a tu lado en la despedida, pero seguro que ha tenido largas charlas contigo mientras devoraba kilómetros por esas carreteras de España, entre Diego y tú había un cariño que va más allá de todo esto, él te ha tenido que llorar solo, sin un hombro al que entregar su dolor, por eso desde aquí quiero decir a toda la familia orteguiana que será él en primera persona el que tire del carro y que bajo ningún concepto va a dejar que ninguno nos relajemos en pos del bien de este grupo, estoy seguro de ello.

Personalmente tengo mucho que agradecerte, ten muy claro que todo lo que me has enseñado lo tengo guardado bajo llave, sin ir más lejos, en tu propio adiós me has recordado lo que ya me enseñó mi madre cuando se me fue con 40 años, que el mañana no lo tenemos firmado y que hay que vivir el hoy como si no quedara nada por venir.

Parte de tu familia orteguiana.

Como tantas veces te dije, el Vicente Ortega fanclub es algo muy divertido por fuera pero muy serio por dentro y tu colaboraste a que así fuera. Nos diste crédito, calidad y categoría en lo serio y mil risas y cientos de brindis en lo divertido, fuiste un orteguiano completo, mucho de lo que somos te lo debemos a ti, gracias a Dios te lo pude decir en vida muchas veces, como te lo han dicho Diego y Oscar, en ese sentido no nos quedamos nada guardado aunque a ti no te gustara escucharlo porque como tu decías "yo soy uno más", esa frase es un claro ejemplo de quien era Pepe Garcia-Carpintero, un grande escondido entre pequeños.

Pepe, no se lo que habrá más allá de la vida, pero como yo soy hombre de fe, prefiero pensar que ha de haber algo maravilloso, un lugar donde os juntáis todos los que os habéis ido de nuestro lado, vuestro hueco lo ocupan heridas que solo con el tiempo se irán cerrando, heridas que nos dejarán cicatrices eternas, son esas cicatrices que duermen en calma y que rompen a doler cuando uno se las vuelve a mirar. 

Pepe estés donde estés estoy seguro que toda la familia orteguiana con Diego, Oscar y el que esto escribe a la cabeza te desean con todo el alma que te vaya "DE COLORES".

ADIÓS PEPE, ADIÓS ORTEGUIANO, GRACIAS POR TODO.

Fdo: La Familia oartegiana.