BIENVENIDOS

Hola espero que os encontréis a gusto en este rinconcito donde unos cuantos majaras intentamos sacar ese periodista frustrado que llevamos dentro, el único cometido es que os guste lo que leáis aunque no por ello estés de acuerdo. Lo hacemos con todo el cariño del que disponemos. Así que ser todos bienvenidos y poneros cómodos que estáis en vuestra casa.

Nos podeis encontrar en Twitter, @Blog_VOFC, os esperamos.

Fdo: Carlos el pelijas.

lunes, 3 de marzo de 2014

FC. BARCELONA 4 - UD. ALMERÍA 1. LOS GOZOS Y LAS SOMBRAS.

Puyol, autor del tercer gol culé.
Suerte: Circunstancia de ser, por mera casualidad, favorable o adversa a alguien o algo de lo que ocurre o sucede. A ese término y su definición se agarraban, en su vertiente positiva, dos elementos, a saber: 1º Un Barcelona necesitado de ella para afrontar su próximo envite europeo con más moral y que finalmente la tuvo, sonriéndole esta, a la hora de resolver el encuentro con más pegada que fútbol. Y 2º el que les escribe a ustedes esta crónica sustituyendo, en esta ocasión, a un Porlán que cada semana nos deleita con su maestría habitual. 

Para ello un Barça que se debate entre dos aguas, homenajeando a Paco de Lucía, intentaba la reinserción deportiva (con comida de confraternización del plantel incluida) buscando ser indultado por un Almería que partía como víctima propiciatoria a la hora de pagar los platos rotos tras perder el liderato la anterior jornada evitando así su caída en picado. Por eso, ante los temores del visitante, se esperaba ese guión de siempre que se va repitiendo hasta la saciedad con equipos pequeños que muestran un planteamiento ultra defensivo, visitando el templo culé, a fin de poder arañar algo positivo ante un equipo que no despeja las dudas ofreciendo un juego poco convincente. Porque aquél temible conjunto que antaño tenía la precisión de un reloj suizo ha pasado a ser uno con la precisión de un reloj de un vendedor ambulante dirigidos por un entrenador que vende mejor la moto que soluciones encuentra para corregir sus males. Cierto es que el resultado es el mismo, los dos dan la hora, pero la maquinaria no ofrece las mismas garantías. Por ello el ambiente, cada semana, está más enrarecido en la atmósfera culé al ver pocas esperanzas de poder firmar una temporada exitosa acabando con la paciencia de una hinchada que cada vez está más furiosa ante el cúmulo de despropósitos que está viviendo el club tanto deportivamente como institucionalmente. Jugadores como Jordi Alba o Dani Alves reclaman más respeto pero no se dan cuenta que de la historia no se vive. La gente tiene memoria pero el pasado está solo para recordar y el presente y futuro para disfrutar. Por eso cada vez son más los aficionados que solicitan la convocatoria de elecciones a final del presente ejercicio pues el público culé es muy exigente y desea ver siempre a su equipo en lo más alto. El seguidor no aspira a que se convierta en un cementerio de elefantes como ha pasado con otros grandes si nos fijamos en el A.C. Milán de estos últimos años o el actual Manchester Utd. con jugadores como Vidic, Evra o Giggs a los que se les ha ido apagando la luz paulatinamente deambulando por la Premier actualmente. Ya lo cantaba Kiko Veneno en su día con el "volando voy, volando vengo. Por el camino yo me entretengo" pareciendo un himno premonitorio de un Barça que nos obsequio con años de gran fútbol habiendo volado aquél "equip triomfant" que actualmente añora la gente viviendo la cruda realidad. 

El partido comenzó y con él se volvió a ver a un Barcelona que, por momentos, nos hacía recordar el titular de la famosísima novela literaria de Gonzalo Torrente Ballester titulada "los gozos y las sombras". Herido en su orgullo el conjunto culé salió haciendo unos primeros 25 minutos de gran fútbol, tras pasar una mala semana como había dicho el Tata, adelantándose a los 9 minutos con un gol de Alexis. Del chileno se podrá debatir sobre su encaje en el engranaje culé al no ser un virtuoso del fútbol  de toque ni mostrar un gran desborde en el uno contra uno ante defensas cerradas. Sin embargo lo que no se puede negar es su capacidad de entrega y su estado de gracia cara al gol, últimamente, estando siempre en el sitio oportuno para empujarla y anotar goles muy importantes aunque no sean de una extraordinaria belleza plástica en su mayoría. 

Posteriormente al gol inicial el Barça siguió apretando queriendo cerrar el partido por la vía rápida saliendo muy concentrado, ajustando muy bien los movimientos de sus peones presionado al Almeria y mostrando la ambición digna de un equipo campeón y que quería resarcirse de su estado de depresión tras la derrota en Anoeta. Fruto de ello llegó el segundo tras marcar Messi de forma magistral un golpe franco, forzado por él mismo, en el 24. Ahí fue cuando los gozos terminaron y empezaron a surgir las sombras. El choque parecía resuelto y la desconexión llegó como si se hubiese esfumado esa motivación que en sus años de éxito duraba los 90 min. mostrándose como una auténtica máquina apisonadora que no tenía piedad de sus rivales ensañándose con ellos hasta golearles. El Almería, dándose cuenta del momento "relaxing cup" en el que se había metido el equipo culé, reaccionó y empezó a meter en apuros a su rival que hoy había formado con una defensa nueva llena de bajitos (Alves, Mascherano, Puyol en lugar del lesionado Piqué y Adriano) logrando así el 2-1 en el 27 cuando Trujillo cabeceó a placer, ante una mala salida de Valdés, un centro a saque de esquina adelantándose a Puyol. De ahí en adelante el Barça se vio envuelto en constantes dudas. Cierto es que dominaba el balón siendo el amo de la posesión pero no es menos cierto que ante la subida de intensidad de su rival, al verse con posibilidades de sacar algo positivo del Camp Nou, los movimientos no eran tan fluidos en los automatismos del fútbol sin balón a la hora de poder crear espacios a través de los cuales atacar para buscar desequilibrar. Faltaba ese cambio de ritmo en los metros finales con un Neymar muy participativo pero errático perdiéndose muchas veces, engullido por su individualismo, buscando en cada acción la jugada del partido, con un Messi que tras haber marcado parecía más un típico funcionario de oficina que ya se sentía realizado tras haber cumplido con su gol anotado y con un Alexis que como siempre mostraba su fútbol muy voluntarioso pero poco desequilibrante. No se veían paredes, ni rápidas triangulaciones, viéndose un estilo muy plano moviendo simplemente el balón de un lado al otro sin inquietar al Almería hasta llegar al descanso. 

Tras los minutos de descanso la afición que había acudido al recinto esperaba contemplar a un equipo rearmado siguiendo las instrucciones del Tata. No fue así porque el rival también juega sus cartas y los andaluces habían cogido nuevos bríos al haberse metido en el partido con el gol anotado. Por ello las sombras se mantenían viéndose a un Barcelona que con el paso de los minutos se veía más sumido en el desconcierto perdiendo confianza, eficacia e inspiración siendo un quiero y no puedo aflorándole los nervios y aumentándole unas dudas que empezaban a hacerle mella dándole alas a un Almería que se crecía por momentos, perdiéndole el respeto, yendo a buscarle con valentía viniéndose arriba poniéndole en apuros. Ante ese panorama el público se mostraba cada vez más disconforme mostrando su indignación, silbándole a su equipo en varios momentos, al ver a un equipo muy desdibujado falto de ideas y con escasa profundidad que era incapaz de poner en aprietos al entramado defensivo de un conjunto almeriense que mantenía intactas sus posibilidades de lograr un buen resultado intentando aprovecharse de los malos momentos por los que estaba pasando su rival. El Barça vivía en la agonía, siendo Alves lo más destacado en ataque con sus subidas, y el Almería aguantaba apurando sus opciones hasta que en los culés apareció la suerte del campeón. Fueron dos chispazos en los que sus capitanes acudieron al rescate, tirando de galones, resolviendo así el partido con goles de Puyol, en el 83, y de Xavi en el 89 logrando un resultado más abultado que merecido y donde fueron más las sombras mostradas que los gozos vividos más allá de los goles anotados. 

Porque este Barça está mostrando este año que es un equipo sumido en una lucha interna de identidad viviendo un pulso entre el exitoso equipo del pasado y el actual que está compuesto por muchos jugadores que formaron los cimientos de aquél ciclo triunfal pero que ya empiezan a mostrar síntomas de fatiga. Recordemos que la espina dorsal de aquél bloque llevaba las firmas del mejor Puyol, de un emergente Messi, de unos Xavi e Iniesta a los que aún les quedaban sus mejores años de plenitud y de Víctor Valdés como ejemplos más destacados. Es lo que pasa cuando los grandes equipos no se renuevan a tiempo haciendo gala del dicho "cuando algo funciona no hay que tocarlo" dejándolos que se vayan debilitando y apagándose paulatinamente. Porque en estos últimos años el equipo ha dado muestras de sufrir atrás cuando se ve exigido, y sin embargo, no se ha hecho nada para intentar tapar esas carencias ante los problemas físicos de Puyol. En su lugar se ha optado por convertir a un parche de emergencia como Mascherano en una solución habitual como acompañante de un Piqué que este año, al no haber visto peligrado su puesto por la escasa competencia, se ha acomodado mostrado un descenso en su nivel que le ha alejado de ser aquél "Piquembauer" que en su día había sido catalogado como el mejor central de Europa. En ataque también se ha visto reducido su potencial pues en la media Song no es Touré, Sergi Roberto no es Keita y en la delantera ni el mejor Alexis se acerca al mejor Eto´o acompañando a Messi, Neymar todavía está lejos del mejor Ronaldinho, el suplente Tello no es Giuly y ni hay un plan B como Larsson para desatascar partidos. Por eso en muchos partidos el equipo, pese a mantener la esencia de ese sello futbolístico que atesora, se ve impotente a la hora de hallar soluciones que le permitan jugar más fluidamente y vivir más plácidamente sus encuentros ante la bajada de calidad en los recambios de los titulares. Toca meter el bisturí el próximo año haciendo una profunda renovación pues esta temporada pinta a convertirse en un año de transición para un equipo que ofrece pocas garantías de éxito a una afición que cada partido acude menos a apoyarle en sus partidos como local ante el desencanto generalizado, y así es como se pasa del gozo a las sombras.


FICHA TECNICA:

FC BARCELONA: Valdés; Alves, Puyol, Mascherano, Adriano; Xavi, Busquets, Fábregas (Iniesta, min.79); Alexis (Pedro, min.71), Messi y Neymar (Tello, min.87). 

UD ALMERIA: Esteban; Rafita, Trujillo, Torsiglieri, Dubarbier; Verza, Corona (Tébar, min.70), Azeez (Suso, min.79), Jonathan Zongo, Aleix; y Rodri (Hélder Barbosa, min.62). 

ÁRBITRO: Carlos del Cerro Grande (comité madrileño). Mostró cartulina amarilla a Ramon Azeez (min.16), Corona (min.22), Adriano (min.25), Verza (min.81) y Tébar (min.86). 

GOLES: 1-0, min.9: Alexis. 2-0, min.24: Messi. 2-1, min.27: Trujillo. 3-1, min.83, Puyol. 4-1, min.89: Xavi. 

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada veintiséis de la Liga disputado en el Camp Nou ante 58.930 espectadores, según datos facilitados por el Barça.

Fdo: Jesus Martinez.

1 comentario:

  1. Hecho de menos un "chistecillo" entre líneas. Escribes muy bien, pero a veces da la sensación de que se convierte en un juego de toque "estéril" donde los cambios de orientación te llevan únicamente de un lado para otro sin avanzar.

    Un saludo Jesús. Reconozco tu mérito.

    ResponderEliminar