Alexis dio el triunfo a los del Tata. |
Abrimos boca con una serie de entremeses variados, a saber, vimos al pequeño Milan de corto con su papá haciéndose la foto y desde el primer minuto el Maître nos sirvió una serie de bocattos di cardinale en forma de fintas, regates y habilidades de Neymar que más parecía el tutorial de trucos del video juego de la temporada, eso sí, muy bonitos pero no quitaban el hambre porque Beto hacía méritos para ser el mejor del partido, o al menos de su equipo.
El Sevilla dejó pronto estos entremeses y pidió el primer plato, y poco a poco fue echando viajes a la cocina de un Barcelona que se olvidaba de que tenía que ir a la otra a buscar algo que echarse a la boca. Así tuvimos un buen rato en el que los camareros no llevaron nada a la mesa y nos aburrimos, aunque de vez en cuando Neymar nos traía un nuevo picoteo en forma de jugada o regate de esos que arrancan aplausos hasta a los vigilantes de seguridad, esos que no miran al campo.
Y cuando empezábamos a echar en falta algo que se nos pegara al riñón, Dani Alves nos trajo el primer plato fuerte de la noche. El Sevilla estaba casi por completo dentro de su área y no había manera, por lo que parece inexplicable que el brasileño entrara solo por el segundo palo a rematar a placer y de cabeza un balón de Adriano que había sustituido a Jordi Alba aquejado por el virus Fifa, uno cero en el treinta y cinco. De las cocinas sevillistas salió una respuesta que nos sirvió la primera tapa de polémica de la noche. Con Piqué en el suelo después de encontrarse un codo en el área, tiraron una contra que estuvo cerca de suponer el empate, ese plato no le gustó a la parroquia. Seguían los andaluces erre que erre, haciendo que Mascherano se multiplicara anticipándose a todo el que se le acercara, cuando se sirvió otra más de polémica por la posible expulsión de M´Bia, que ya tenía amarilla, por empujar a Neymar.
Descanso, cigarrito en la puerta y a ver que nos prepara el Chef, y lo cierto es que se lo curró. Sin embargo, al principio nos dejó un rato respirar y de nuevo no hubo nada reseñable que catar, por lo que viendo que la hora se echaba encima el Sevilla cambió el Ribera de Duero por un buen Jumilla y se echó al monte, tanto que empataron, pero les quitaron el plato de delante antes de tocarlo, otra ración de polémica con el gol de Cala a la salida del corner que anuló Muñiz. Al final les sentó mal el Jumilla a los hispalenses, ¡y mira que está bueno! Les sirvieron un rodaballo que no habían pedido y se lo tragaron entero. Es lo que pasa cuando el camarero argentino del restaurante, que se había pasado la noche fumando escaqueado en el almacén, se alió en una de aquellas jugadas eléctricas con Cesc que asistió a Neymar y que se la dejó a Messi que entrando desde atrás la clavó, dos cero y el soci pensando que la cena era estupenda.
Pero poco tardó el Sevilla en llamar al Maître para encargarle una delicatesen. Fue Vitolo que hizo la compra, cocinó los ingredientes y se lo sirvió a Rakitic que lo paladeó. La verdad fue un espectáculo verlo irse por velocidad y ganar el balón, y como después sentó a todos los que le salieron. El Sevilla se metía en el partido otra vez. El Barça también cambió el vino y Fábregas que no fue titular se encontró con Beto que salvó la sentencia, pero no iban los tiros por ahí, era el Sevilla el que cada vez más animado por el Jumilla, en el ochenta y nueve, ya paseó un balón por el área del Barça. A la salida del corner empató, carne cruda y poco hecha, Chuletón de Ávila para más señas. Con todo el Barça metido en la cocina le cayó a Coke el balón completamente solo, una torpeza considerable de la zaga, ni siquiera remató con la cabeza. Dos dos.
Camarero, sal de frutas por favor. Pero aún el Barça tenía el postre. Lo vino a servir Alexis que yo pensaba que desde que había entrado el Barça estaba con diez y el Sevilla con doce, porque cada balón que tocaba se lo dejaba a los andaluces de cara y al pie, pero se encontró con un balón rechazado que Messi persiguió hasta la línea y la enchufó. Muerte por Chocolate se llamaba la tarta, que al Sevilla le pareció aceite de ricino pues ya pasaba medio minuto de lo que el árbitro había dejado de sobremesa.
Al final se armó el Belén, no volaron las sillas por el restaurante de milagro. Eso sí, todos terminaron igual, porque el menú tuvo la virtud de dejar muy mal sabor de boca a unos comensales que ni se tomaron el café, ni la copa, ni se fumaron el puro.
FICHA DEL PARTIDO:
FC. Barcelona: Valdés; Alves, Mascherano, Piqué, Alba (Adriano, min.15); Xavi, Busquets, Iniesta (Cesc, min.73); Neymar, Messi y Tello (Alexis, min.62).
Sevilla FC: Beto; Coke, Cala, Fernando Navarro, Alberto Moreno; M'Bia (Trochowski, min.57), Rakitic, Víctor Machín 'Vitolo'; Jairo (Rabello, min.83), Cristóforo (Marín, min.68); y Gameiro.
Arbitro: César Muñiz Fernández, del comité asturiano. Mostró amarilla a Víctor Machín (min., M'Bia (min.30), Jairo (min.34), Coke (min.50), Cala (min.65), Adriano (min.88) y Pinto (min.90+).
Goles: 1-0, min.35 Alves; 2-0, min.75: Messi; 2-1, min.80: Rakitic; 2-2, min.90: Coke; 3-2, min.93.
Partido correspondiente a la cuarta jornada de la Liga, disputado en el Camp Nou 76.765 aficionados. El estadio azulgrana estrenó hoy nuevo césped.
Fdo: Antonio Porlán Arcos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario